8 dic 2018

Tesla no es una compañía de coches eléctricos sino de baterías

La Gigafactoría de Tesla en Reno, Nevada (EEUU) pronto será la fábrica cubierta más grande jamás construida y, con permiso de la compañía china BYD, la fábrica de baterías más grande del mundo. Y parece que no compiten por tamaño, estas dimensiones se han convertido en la lucha por el control de una de las tecnologías más importantes para el futuro.


Pero el éxito de las baterías de Tesla no solo dependerá de ese monstruo que está creando en Nevada. Además, la empresa conjunta con Panasonic lo convertirá en uno de los jugadores más relevantes del sector. Ambas dos son marcas conocidas y reconocidas con cada vez mayor capacidad de expansión en un mercado dinámico y controvertido que va más allá de la industria del vehículo, configurando así una de las industrias clave en la transición a un mundo abastecido por energía limpia.

Y mientras Europa dependerá cada vez más de los chinos para cubrir su necesidades de baterías, en otros países Elon Musk tendrá que construir otras Gigafactorías en sus territorios por necesidades del guión.

Pero la clave para Tesla es mirar más allá de la industria automotriz. En Australia, la enorme estación de baterías que construyó para equilibrar la red eléctrica ha logrado ahorros que lo ponen en camino de amortizar un tercio de su coste durante su primer año de operación.

La fabricación de baterías se convertirá en una de las industrias más importantes del planeta, y quien la domine ocupará un lugar privilegiado de muchas maneras, suministrando una amplia variedad de industrias, desde vehículos hasta artículos para el hogar, así como también la generación de electricidad, según afirman todos los expertos en el sector y publica la revista Forbes.

Tesla no es un fabricante de automóviles que compita con otros fabricantes de automóviles para transportar personas o bienes; Los vehículos de Tesla consumen el producto principal de la empresa: las baterías, que también se utilizan en grandes centrales de almacenamiento, hogares y para todo tipo de instalaciones eléctricas.

En los próximos años, ese mercado será mucho más importante que una industria del vehículo que, en su evolución de un producto de consumo a ser de servicio, requerirá menos unidades y librará al mundo de un exceso de vehículos privados que actualmente están bloqueando nuestras carreteras y ensuciando el aire que respiramos.

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