El "power to gas" (de energía a gas) se ha convertido en un concepto
clave a la hora de almacenar la energía alternativa. Este proceso
convierte el exceso de electricidad, procedente de sistemas
fotovoltaicos y turbinas eólicas, en hidrógeno. En combinación con el
CO2, dióxido de carbono, este hidrógeno se puede utilizar para producir
metano, que puede ser posteriormente almacenado y distribuido en la red
de gas natural. Ahora, un grupo de investigadores del instituto de
investigación suizo Empa han conseguido optimizar aún más este proceso