11 may 2022
Bruselas da luz verde a 26.700 millones de euros de ayuda para Energías Limpias e Infraestructuras
La Comisión Europea (CE) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI) firmaron ayer un "ambicioso acuerdo de garantía" mediante el cual la Comisión apoyará con hasta 26.700 millones de euros "operaciones financieras del BEI para facilitar inversiones públicas cruciales en sectores como la energía limpia, las infraestructuras digitales y de transporte, la salud y la educación durante los próximos siete años". Los Balcanes Occidentales, la vecindad meridional y la vecindad oriental de la UE serán los principales perceptores de esas ayudas.
Con la garantía de la UE, el BEI podrá conceder préstamos con períodos de amortización más largos, períodos de gracia y tipos de interés bajos. Las operaciones de financiación emprendidas por el BEI gracias a la garantía de la UE responderán a las políticas de la UE y a las prioridades políticas específicas de la cooperación con los países socios.
La UE espera multiplicar por diez la producción de baterías de aquí a 2025
Prácticamente por diez, para ser más precisos: desde los 44 gigavatios hora de producción en 2020 a los 400 gigavatios hora en 2025. Para materializar ese objetivo, cuyo fin último es la neutralidad climática en 2050, la Comisión Europea (CE) ha optado por el desarrollo y la producción de baterías sostenibles como "imperativo para Europa", y ha concedido financiación sustancial en este ámbito en los últimos años. La CE estima que ese disparo de la producción se traducirá en la creación de hasta 800.000 puestos de trabajo y está llamado a generar "unos 250.000 millones de euros anuales en términos de actividad económica".
Los auditores, que esperan concluir su trabajo en el plazo de un año, consideran que el incremento de la producción sostenible de baterías de la UE no solo facilitará la transición hacia una energía limpia, sino que también será la clave para la competitividad de su industria automovilística y reducirá su dependencia de los proveedores de baterías. La UE se enfrenta asimismo -recuerdan desde el Tribunal- a la decisiva labor de asegurar el suministro de materias primas. (+)
El Gobierno impulsará el teletrabajo y autoconsumo para ahorrar energía
El Gobierno prepara un plan de ahorro para reducir el consumo de energía y hacer frente con mayor facilidad a la crisis que puede provocar una interrupción del suministro de petróleo y gas desde Rusia en toda Europa.
El Ministerio de Transición Ecológica y el Ministerio de Hacienda, preparan una batería de medidas que se espera que sigan las directrices planteadas por la Agencia Internacional de la Energía para reducir el consumo de energía.
La propuesta, en la que están trabajando los técnicos de la administración, podría darse a conocer en los próximos días e incluirá medidas generales y otras centradas en la Administración del estado.
El Gobierno se plantea incrementar el teletrabajo de los funcionarios de modo que pueda facilitar el cierre de oficinas que no sean necesarias para la atención al público.
Asimismo, se ha puesto en marcha un plan para impulsar el autoconsumo en los edificios de la administración. El Ministerio ha puesto en marcha ayudas por valor de 660 millones, ampliables a 1.320 millones, para este tipo de instalaciones, almacenamiento detrás del contador y climatización con energías renovables, y ha publicado la Hoja de Ruta del Autoconsumo, un documento con 37 medidas de sensibilización, formación a profesionales o divulgación, con el fin de mejorar el conocimiento y la aceptación del autoconsumo por la población. Asimismo, el Ejecutivo acaba de publicar una Guía para facilitar la puesta en funcionamiento de este tipo de instalaciones en los municipios. (+)
10 may 2022
España y varios países de la UE apuestan por lograr 1.000 GW de fotovoltaica para 2030
La Unión Europea debería establecer un objetivo ambicioso para aumentar la capacidad de energía solar en toda la región, ya que busca liberarse de la dependencia del gas ruso, según cinco estados miembros, entre los que se encuentra España.
El bloque debería tener al menos 1.000 gigavatios de energía fotovoltaica instalada en la región para 2030, equivalente a aproximadamente la capacidad actual del mundo, según una carta conjunta firmada por Austria, Bélgica, Lituania, Luxemburgo y España al jefe climático del bloque, Frans Timmermans y a la comisaria de Energía, Kadri Simson. La UE puede desplegar al menos 70 millones de tejados solares para el final de la década, dijo.
“Los tejados solares deberían ser la norma para las casas recién construidas y para las casas que pasan por una renovación importante”, decía la carta a la que tuvo acceso Bloomberg. “Cada panel fotovoltaico reduce de manera inmediata y directa nuestra dependencia energética de Rusia”.
La misiva se envía solo unas semanas antes de que la Comisión Europea describa su plan para reducir su dependencia del gas ruso. El bloque esbozará una serie de medidas, desde acelerar el despliegue de las energías renovables hasta reducir la burocracia para los parques eólicos y solares, al tiempo que iniciará una campaña para que los consumidores ahorren energía. También se están considerando posibles medidas para frenar la reciente volatilidad del mercado eléctrico.
La invasión rusa de Ucrania y los temores de un posible corte del gas, que representaba alrededor del 40 % de las importaciones del bloque antes de la guerra, han incitado a la UE a buscar otras fuentes de combustibles fósiles, así como a implementar medidas para acelerar la producción y la transición a largo plazo. En 2021, la UE tenía alrededor de 166 gigavatios de capacidad solar instalada, según BloombergNEF.
Los países de la UE también piden que el 75% de los paneles solares se produzcan dentro del bloque, lo que ayudaría a impulsar la independencia de China, que actualmente fabrica la mayor parte de la energía fotovoltaica del mundo.
El GSC lanza una campaña para promover la aceptación de la energía solar distribuida en todo el mundo
El Global Solar Council ha puesto en marcha la campaña mundial Empowering people with solar PV, cuyo objetivo es acelerar la adopción de la energía solar fotovoltaica a nivel distribuido. Se centra en el sector de los edificios -por lo tanto, principalmente en los sistemas sobre tejados-, y se dirige “a los millones de hogares y empresarios deseosos de desempeñar un papel en la lucha contra la crisis climática” y, al mismo tiempo, “beneficiarse de las numerosas ventajas de la energía solar fotovoltaica”.
“La gente puede marcar la diferencia en la carrera por la descarbonización global, especialmente en una coyuntura tan crítica en la que los últimos acontecimientos confirman la urgencia de eliminar los combustibles fósiles y avanzar hacia una mayor independencia energética. En la carrera hacia la energía neta cero, asegurando al mismo tiempo una transición justa, la generación distribuida está ganando consideración y la necesidad de la energía solar fotovoltaica se perfila claramente en todos los sectores y mercados”, destacan desde la organización mundial.
El sector de los edificios (residenciales, comerciales y públicos) genera casi el 40% de las emisiones anuales de CO2 relacionadas con la energía, el 28% de las cuales proceden del propio funcionamiento de los edificios y es responsable de alrededor de un tercio del consumo total de energía final, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Cómo convertir una estación de servicio en una electrolinera sin ampliar la potencia contratada
La demanda de implementación de soluciones fotovoltaicas en gasolineras con la incorporación de cargadores de vehículos eléctricos es ya una realidad.
La obligatoriedad de instalación de cargadores que recoge la Ley 7/2021 lleva aparejada la necesidad de aumentar la potencia para garantizar el adecuado servicio a los clientes. Lo que puede convertirse en un problema costoso. Una buena alternativa es el autoconsumo fotovoltaico con acumulación.
8 may 2022
¿Por qué es casi imposible para Europa sustituir el gas ruso por hidrógeno verde?
Así lo indican los números y así lo confirma el fundador del portal Keynumbers, John Poljak, que ha realizado unos cálculos para ver la magnitud del problema, y lo enormemente difícil de la situación de querer sustituir el gas con hidrógeno verde. Algo que tiene que ver con la física, pero también por el enorme retraso en la expansión de las energías renovables en buena parte del continente.
El principal problema es alimentar las necesidades de calefacción, que en Alemania está protagonizada en su mayor parte por calderas a gas. Algo que supone o lanzarse a sustituir este gas natural por otro gas, como el hidrógeno, o realizar una masiva y a corto plazo imposible transformación a aerotermia. Una aerotermia que por cierto hace no muchos meses era ridiculizada por algunos medios alemanes. Ahora ya no lo hacen.
En caso de querer cubrir la demanda de todo el gas que consume España, entonces la superficie de la granja solar llegaría a un tercio de toda Alemania. Unos 120.000 kilómetros cuadrados.
El debate ahora es si merece la pena siquiera intentarlo. Desde el punto de vista económico, las cifras indican que con la subida del gas, y la bajada estimada de los costes de los electrolizadores, no será complicado producir hidrógeno verde más barato que el gas. El problema en este caso, como vemos, es lograr producir el propio hidrógeno con renovables en un sistema altamente ineficiente y que requerirá unas inversiones monstruosas para lograr cubrir una pequeña parte del consumo.
Por lo tanto, la pregunta que más expertos se hacen cada día es si seremos o no capaces de reemplazar el gas ruso con GNL importado o hidrógeno verde, sino directamente si deberíamos siquiera intentarlo.
El nuevo informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) advierte que mezclar hidrógeno en las redes de gas es una forma complicada de reducir las emisiones de los hogares y probablemente costaría más de 500 dólares por tonelada de emisiones reducidas.
Los hallazgos sugieren que el uso de hidrógeno en electrodomésticos como estufas y calentadores de agua sería prohibitivamente costoso, y la electrificación podría servir como un camino más económico para reducir las emisiones.
Los diferentes estudios han demostrado que las bombas de calor eléctricas requerirían de cinco a seis veces menos energía que las calderas que usan hidrógeno renovable. Una mayor eficiencia que se suma a que las actuales redes de gas no están listas para bombear hidrógeno puro a las tuberías del Europa, lo que requerirá una adaptación.
La electrificación directa en forma de vehículos eléctricos y bombas de calor reducirá el consumo de energía primaria de Europa en dos tercios, mientras que los beneficios de las energías renovables se extenderán a un coste mucho menor, a lo que se suma la posibilidad de producción interna y la reducción correspondiente de la dependencia energética.
Una situación compleja heredada de la falta de acción de los principales gobiernos europeos, Alemania y Francia, que han perdido dos décadas apostando por el gas o las nucleares, y que ahora arrastran a la economía europea a un periodo donde nos encaminamos a gastar ingentes cantidades de dinero en un hidrógeno verde que tendrá sus nichos de mercado, como fertilizantes o alimentar algunas industrias pesadas, pero que como vemos no será una solución viable para alimentar las demandas energéticas de millones de europeos.
Opinión
Esto nos indica que los gobiernos tendrán ante si una decisión que tomar. O apostar por el hidrógeno verde, que como vemos tendrá aplicaciones muy limitadas, o, por lo contrario, hacer un «all in» con las renovables, la aerotermia y los vehículos eléctricos, para contar con una economía descarbonizada, con un sector energético saludable y con una fuerte producción interna, pudiendo cubrir parte de la demanda con hidrógeno tanto local, como principalmente importado desde mercados con unos costes de producción mucho más bajos.
Pero sea cual sea la decisión, el reto no será ni mucho menos menor, y las inversiones tendrán que ser faraónicas.
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