El Pacto por una industria limpia presenta medidas que refuerzan toda la cadena de valor y sirve de marco para adaptar las medidas en sectores específicos. La Comisión presentará planes de acción para el sector de la automoción, sobre el acero y los metales, sobre el sector químico y el de las tecnologías limpias.
La Comisión Europea ha presentado su Pacto de Industria Limpia (o Pacto industrial Limpio), una hoja de ruta para acelerar de manera simultánea la reindustrialización y la descarbonización del continente que se centra en dar apoyo a dos sectores clave: las industrias de alto consumo energético y el sector de las tecnologías limpias.
La propuesta insta a flexibilizar las normas sobre ayudas de Estado y conceder incentivos fiscales para favorecer las inversiones en descarbonización y en tecnologías limpias en la Unión Europea, dentro de su plan para reflotar la industria comunitaria sin renunciar a sus metas climáticas.
En el mismo, la Comisión advierte de que la industria europea afronta «desafíos existenciales» ligados a los altos precios de la energía en el continente y a la competencia exterior, y urge a actuar para evitar que otras potencias adelanten a Europa en un contexto marcado, además, por el aumento de las tensiones geopolíticas.
La Comisión calcula que se necesitarán 480.000M€ más en inversiones cada año para lograr la transición a una economía de cero emisiones y cree que las ayudas públicas y los incentivos fiscales jugarán un «papel crucial» para alcanzar este volumen, atrayendo además financiación privada.
Por ello, instará a los Estados que adopten incentivos tributarios para las energías y tecnologías limpias, por ejemplo, permitiendo periodos de depreciación más cortos para las tecnologías limpias de modo que las empresas compensen antes las altas inversiones iniciales o con desgravaciones fiscales en sectores estratégicos.
Asimismo, prevé adoptar un nuevo marco de ayudas de estado para la industria limpia que permita apoyar la fabricación de tecnologías verdes, como las baterías, o acelere la aprobación de ayudas a proyectos de reducción de emisiones o energías limpias, a lo que se sumará una «simplificación» de las reglas generales sobre ayudas públicas, todo ello este mismo año.