24 feb 2021

El hidrógeno ha muerto, viva el amoniaco

Tiene sentido el uso del hidrógeno en determinados procesos industriales de intenso calor en los sectores del acero y del cemento, pero la revolución de las bombas de calor de alta temperatura hará que la electricidad sea más barata para la producción de calor.

En el transporte NO tiene sentido el uso del hidrógeno frente a las baterías, por precio y eficiencia (77% en baterías frente al 30% en hidrógeno). El transporte terrestre será a baterías. Cuando la empresa Tesla saque al mercado el camión SEMI (en el año 2022) con 40 Tm de carga y 1.000 Km de autonomía, nadie se planteará vehículos pesados a hidrógeno, ni siquiera en los trenes de líneas no electrificadas. Quizás quede un hueco al amoniaco para el transporte aéreo y marítimo de grandes recorridos.

La mayoría de los proyectos de hidrógeno que se están anunciando y financiando están muertos antes de nacer y supondrán un coste futuro para la ciudadanía y el sistema energético del país. Las grandes empresas energéticas se están apuntando a la revolución del hidrógeno para mantener su modelo de negocio. Volveremos a cometer el error de una financiación al hidrógeno en funcionalidades que serán cubiertas por la electricidad. En el 2030 tendremos muchas instalaciones obsoletas con proyectos de hidrógeno ruinosos que necesitarán ser rescatadas por el erario público.

SI al hidrógeno verde (electricidad más agua) pero convertido en amoniaco (electricidad, agua y aire).

Los municipios necesitan centrales de amoniaco alimentadas por energías renovables con proyectos de Comunidades Energéticas Locales.

Un amigo químico que es un cerebrito y se tuvo que exportar en la anterior crisis a Alemania, trabaja investigando en la conversión de hidrógeno a amoníaco. Flipé con los proyectos que hay en marcha y no se suele hablar de ello en los medios de deisnformación que tenemos.
La mayor ventaja del amoníaco es que es fácilmente transportable y tiene una alta densidad energética, comparado con el que es el mayor hándicap del hidrógeno, que hay comprimirlo a  una presión brutal y aun así un camión cisterna llevaría poquísimos kilos de hidrógeno en sus tanques

Pero el problema del amoníaco es que aunque es relativamente fácil la conversión de hidrógeno a amoníaco, es muy costosa en recursos químicos (necesita mucho nitrógeno, además de catalizadores sobre los que está investigando mi colega) y energéticos, pasar del hidrógeno al amoníaco y viceversa, para volver a tener en el punto de consumo el hidrógeno como vector energético. Es decir, el amoníaco se utilizaría como molécula almacén, ya que no es inflamable

Pero de esto último no habla el artículo, del los problemas del amoníaco como vector energético. Y tampoco está muy claro su eficiencia. De momento, pero ya sabemos como avanza la ciencia y la tecnología.

Y no entiendo por qué dice que las centrales de hidrógeno van a quedar obsoletas cuando sí que van a hacer falta para producir el amoníaco, ya que el proceso es de agua se saca hidrógeno, este se convierte en amoníaco para almacenarlo y transportarlo y finalmente se transforma el amoníaco en hidrógeno como vector energético