4 jul 2023

El sistema energético idóneo, según el CSIC: electrificación , eficiencia e hidrógeno

El Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaba de publicar un informe titulado “¿Cómo garantizar un sistema energético seguro, eficiente y limpio?” en el que analiza el actual sistema eléctrico español y da respuesta a cómo debería ser dicho sistema en el futuro.

Así, el CSIC aplica una serie de 10 recomendaciones que son fundamentales para poder tener un sistema energético seguro, eficiente y limpio. Y si hay que destacar algo, eso es el hidrógeno, donde los científicos españoles ven la gran solución a conseguir un sistema más limpio y seguro.

1.- El sistema energético presenta una gran complejidad. Si se quiere avanzar hacia la transición energética es necesario coordinar y estimular las actividades de sectores muy diversos a lo largo de toda la cadena de valor, desde la generación de energía hasta su utilización final.

2.- La transición energética debe ir asociada al desarrollo de sistemas de almacenamiento
energético eficientes para mantener el suministro. Para ello será clave la diversificación en tecnologías como el almacenamiento electroquímico, que será clave en la electrificación del transporte y en la integración de las energías renovables en la red eléctrica.

Edificación, crucial

3.- Debido a su impacto en el consumo global de energía, la edificación es clave para alcanzar la máxima eficiencia energética en todos los ámbitos, tanto a nivel industrial como doméstico. Por ello, además de mejorar el aislamiento de los edificios y maximizar la eficiencia en la iluminación, es necesario promover un marco regulatorio adecuado y crear un entorno que favorezca la inversión.

4.- Para alcanzar un sistema energético más sostenible es necesario incentivar la electrificación directa de sectores como el transporte o la industria de procesos, desarrollar redes eléctricas interconectadas, inteligentes y optimizar las tecnologías digitales para mejorar la previsión de la demanda.

5.- El hidrógeno representa una gran oportunidad para la descarbonización. Su desarrollo
requiere de impulsar tecnologías de hidrógeno limpias, tanto en la escala básica con el desarrollo de materiales más baratos, duraderos y eficaces, como en la escala tecnología con el estudio de demostradores y plantas pilotos.

6.- El desarrollo de procesos avanzados de captura de dióxido de carbono es crucial para reducir el coste de este proceso, para aplicarlo en industrias que no pueden descarbonizarse y para habilitar sistemas de carbono negativo, como la captura directa de CO2 en el aire. Por ello, se deben optimizar las tecnologías destinadas a separar gases a gran escala e investigar su integración en los productos sintéticos sostenibles.
Poner el foco en el hidrógeno

7.- Es necesaria la formación y sensibilización de la sociedad para concienciar de la complejidad de nuestro sistema energético a una escala global. El objetivo es mejorar la aceptación de las medidas relacionadas con el ahorro energético mediante la sensibilización, pero también mediante incentivos destinados a mejorar los edificios y a electrificar el parque
automovilístico.

8.- Las políticas de sensibilización deben prestar especial atención a una divulgación adecuada de las tecnologías de hidrógeno. No es cierto que el hidrógeno sea altamente explosivo, tal y como lo percibe la sociedad, sino que es más seguro que otros combustibles al necesitar de una concentración mínima para incendiarse (límite por debajo del cual la mezcla de gases no es explosiva) más alta que la mayoría de combustibles.

9.- Se debe promover la inclusión de las tecnologías de hidrógeno en los itinerarios curriculares. Además de trasladar el conocimiento de estas tecnologías a la sociedad, será necesario incentivarlo en públicos más especializados, como partes interesadas, técnicos y mecánicos.

10.- El contexto actual de cambio climático requiere de una política pública transparente
e imparcial. El objetivo es corregir la paradoja que existe entre lo que se necesita para
alcanzar el objetivo de que el calentamiento global no supere los 1,5 ºC en 2050 y lo que
perciben como positivo la sociedad y los responsables políticos.