California (EE UU) alberga desde la semana pasada la planta
termosolar más grande del mundo. Esta perla tecnológica, proveerá electricidad a 140.000 hogares.
Ivanpah, como se llama este inmenso parque solar en mitad de la nada
de California, también sorprende por el tipo de inversores que lo han
hecho posible. Los propietarios de la planta
son las compañías NRG Energy y Google.
El gigante tecnológico no tiene en apariencia nada que ver con las
energías renovables, hasta que se echa un vistazo a los 2.250 millones
de dólares que la compañía de las dos oes gasta en centros de datos e
infraestructura. De ahí viene en gran parte el interés de la tecnológica
por la solar y eólica, en las que lleva invertidos más de 1.000
millones de dólares.
El gesto de Google no es aislado. Otras grandes compañías con negocios
ajenos a las renovables están intensificando sus inversiones en
tecnologías limpias, que les garantizan “sinergias y ahorros derivados
de internalizar la producción energética. La de Google y otras empresas
es una gran operación para alinearse con el medio ambiente, obtener una
buena imagen y ahorrarse en la factura de la luz”, comenta Miguel Peleteiro, consultor financiero en Accuracy.