Francia apuesta, por el concepto de “crecimiento verde”,
un asunto crucial para un país que observa con frustración el aumento
del desempleo y la reducción de la actividad económica. Recortar la
factura energética, que asciende a 65.000 millones de euros anuales, es
uno de los beneficios más tangibles del proyecto. También el de acortar
el déficit comercial en este terreno.
- Se ponen en marcha ecopréstamos a interés cero.
- La energía producida por fuentes renovables supondrá el 40% del total en 2025 frente al 15% que representa actualmente.
- Se ha establecido un fondo de 1.500 millones para apoyar proyectos sostenibles locales.
- Se instalarán siete millones de puntos de recarga para los vehículos eléctricos frente a los 10.000 actuales.
- Se pretende reducir el consumo de combustibles fósiles en un 30% en 15 años.
- Bonos de 10.000 euros por cambiar un vehículo de diésel por uno eléctrico.
- La potencia nuclear francesa queda limitada a la capacidad actual de 63,2 gigavatios.
- Los edificios públicos de nueva planta serán, en la medida de lo posible, de energía positiva (producirán más de lo que gastarán).
- Habrá ayudas inmediatas para las obras de aislamiento y acondicionamiento de viviendas y edificios.