Las elecciones del 26 de mayo han frenado el intento de los partidos de extrema derecha nacionalista y euroescéptica de bloquear la Unión Europea desde dentro de sus instituciones. De los 751 escaños del europarlamento los liberales, socialistas, verdes e izquierda unitaria suman 365, lo que les permite plantearse una alianza para presidir la Comisión Europea con un candidato que apueste por el progreso de las políticas contra el cambio climático. Si se añaden los 179 escaños de los populares europeos, los europeístas representan una amplia mayoría para la próxima legislatura.