La ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social en funciones, María Luisa Carcedo, ha visitado la obra ‘Pollution pods’, situada en la COP25, donde ha destacado los principales datos que muestran que la contaminación del aire es responsable de una carga significativa de muertes, hospitalizaciones y numerosas enfermedades.
La ministra ha destacado que “está constatado que los contaminantes del aire son responsables de unas 10.000 muertes al año”, según varios estudios de la Escuela Nacional de Salud, del Instituto de Salud Carlos III. Ha insistido en que la cifra podría ser mayor. Según ha explicado, se estima que incluso podría haber 30.000 muertes relacionadas con respirar aire contaminado.
Por todo ello, “las consecuencias del cambio climático son ya una emergencia de salud pública”, ha insistido Carcedo. La ministra ha concretado que alrededor del 10 por ciento de los casos de cáncer de pulmón es atribuible a la contaminación atmosférica. Teniendo en cuenta que se estima que en España este año se diagnostiquen cerca de 30.000 nuevos casos, alrededor de 3.000 podrían evitarse.
En el caso de las partículas llamadas PM (provenientes de la combustión en motores de combustible fósil sobre todo) están asociados a 2.600 muertes al año. Su efecto se observa, sobre todo, en enfermedades respiratorias.
Por todo ello, la ministra ha asegurado que “es tiempo de actuar ya”. Según ha insistido, “el coste sanitario, social y económico de la contaminación es muy elevado”. Carcedo ha recordado que el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social está trabajando en el desarrollo de medidas para prevenir el elevado el impacto de la contaminación del aire en la salud humana y evitar la mortalidad y morbilidad atribuible.
Estas medidas se incluyen en el marco del Plan Aire y pretenden proteger la salud de la población mientras se mejora la calidad del aire. Al mismo tiempo, ha explicado que se está trabajando de forma coordinada en el Plan de Salud y Medio Ambiente.
La ministra ha explicado que este plan incluye un plan de prevención ante situaciones episódicas de contaminación, cuyo objetivo principal será la prevención y la disminución de los efectos negativos que generan situaciones episódicas de contaminación atmosférica sobre la salud de la población, en particular de aquellos grupos considerados como más vulnerables.