La Agencia Internacional de la Energía Renovable (Irena en sus siglas en inglés) acaba de publicar un informe de situación y futuro del metanol renovable, un alcohol utilizado en la industria química y como combustible. Su alto coste de producción derivado de biomasas e hidrógeno y CO2 de origen renovable le hacen ahora poco competitivo frente al metanol convencional y, en el caso del transporte, los biocarburantes de primera generación y la electricidad. Sin embargo, el informe de Irena da una serie de pautas para conseguir que llegue a ser competitivo antes de 2050.
“Reconocer que el metanol renovable puede contribuir a la neutralidad de carbono en acuerdos verdes, paquetes de recuperación económica relacionados con la Covid-19 y estrategias de hidrógeno”. Esta es una de las seis recomendaciones claves que lanza Irena desde el informe Innovation outlook. Renewable methanol.
En España Tecnalia ya ha trabajado con metanol producido a partir de CO2. Más recientemente, el proyecto europeo MefCO2, del programa Horizonte 2020, se consiguió producir una tonelada de e-metanol al día y se concluyó que “ser capaz de reducir el impacto de carbono mediante la síntesis de metanol verde podría tener un impacto significativo en la economía global de carbono".
Además, los pronósticos de Irena de llegar a 2050 con un metanol renovable competitivo fueron corroborados a finales de 2020 en una jornada telemática organizada por el Clúster Marítimo Español. En la cita se afirmó que “el amoníaco y el metanol neutro en emisiones de carbono serán combustibles dominantes en el año 2050 para el transporte marítimo”