Una instalación correctamente dimensionada (al menos en términos de rentabilidad) es aquella que autoconsume instantáneamente el máximo de energía posible (zona amarilla), sin verter demasiada a la red (zona roja).
La recomendación es pedir varios presupuestos a diferentes empresas instaladoras y comparar tanto los precios y calidad de los materiales como el asesoramiento personalizado que puedan ofrecernos. Como rango de presupuesto, la instalación puede rondar entre 1 y 1,7 €/kWp llave en mano e IVA incluido. Es decir, para una instalación de 3 kilovatios de potencia el presupuesto sería de entre 3.000 y 5.100 euros. Puede variar en función de lo complicado o accesible que sea el tejado y de la calidad de los componentes, entre otras cosas.
En cuanto a rentabilidad, acogiéndose a la compensación de excedentes, se suele hablar de periodos de amortización de entre 8 y 13 años, aunque de nuevo, depende mucho de las circunstancias personales, del consumo eléctrico y de lo bien dimensionada que esté la instalación. En este hilo de Twitter del consultor Francisco Valverde, hay un ejemplo de cálculo de rentabilidad.
De cara a reducir el periodo de amortización, la clave está en acceder a subvenciones o a excenciones de impuestos. Se dividen en 3 grandes categorías:
- Bonificación del Impuesto por Bienes Inmuebles (IBI) y del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO).
- Deducciones del impuesto de la renta (IRPF).
- Subvenciones autonómicas o locales con ayudas directas a la inversión.
En resumen, se puede decir que actualmente estamos en el mejor momento para realizar una instalación solar de autoconsumo. Sin embargo, es importante informarse y comparar, y sobre todo alejarse de aquellos que prometen ahorros imposibles u ofrecen instalaciones sobredimensionadas.