12 jun 2016

Nucleares; muy peligrosas y nada rentables

El 11 de marzo de 2011 se produjo el catastrófico accidente nuclear en la central de Fukushima-Daiichi (Japón) en un momento en que se estaba produciendo una verdadera ofensiva de la industria nuclear (sobre todo en China y la India) para intentar revertir su declive. Los costes totales del accidente superan los 80.000 millones de euros...

Consecuencias de las que toman nota en otros lugares del mundo. Y Europa no es una excepción. Alemania ha decidido cerrar todos sus reactores en 2022. En Austria, la constitución prohíbe la instalación de plantas nucleares gracias a la movilización ciudadana. En Italia se rechazó en referéndum la energía nuclear. Y en España, tal y como demuestran las encuestas, una mayoría de la población está en contra de la energía nuclear.

Por si fuera poco, el pasado mes de mayo se destapó el escándalo de la empresa francesa AREVA, responsable de haber falseado alrededor de 400 protocolos de control de calidad. AREVA está contratada por la empresa CNAT, entidad que gestiona las operaciones de mantenimiento y fabricación de combustible en las centrales españolas de Almaraz I y II (Cáceres) y de Trillo (Guadalajara). El pasado 29 de abril el Parlamento portugués aprobó por unanimidad pedir al Gobierno español el cierre de Almaraz.

Pero, ¿es realmente necesario someternos a este riesgo catastrófico? Muchas veces se suele argumentar que los riesgos de la energía nuclear se compensan por sus beneficios económicos y de rendimiento productivo. Pero, contrariamente a lo que se suele pensar, las centrales nucleares no son rentables.

No podrían funcionar sin el coste astronómico que suponen para las y los contribuyentes. En el caso del mercado eléctrico español, estamos pagando un kilovatio/hora (kWh) varias veces por encima de lo que le cuesta producirlo a las empresas, dado que las centrales nucleares no asumen entre sus gastos muchas de sus externalidades que genera su funcionamiento, entre los que se incluyen la gestión de los residuos, el desmantelamiento de las centrales, la moratoria nuclear, el almacenamiento del uranio, la seguridad o los costes de transición a la competencia. Pero estos costes no asumidos, no se esfuman en el aire, sino que terminan distribuidos entre todos los consumidores de energía eléctrica a través del recibo de la luz. De esta forma, la energía nuclear se vuelve un gran negocio para las empresas del sector pero uno muy ruinoso para las y los contribuyentes y usuarios eléctricos.

La única forma de evitar futuros accidentes como los de Chernóbil o Fukushima es proceder al cierre escalonado de centrales nucleares lo antes posible, apostando por un nuevo modelo energético y de desarrollo justo y sostenible tanto social como ambientalmente. Lo diremos en la manifestación del Movimiento Ibérico Antinuclear, en los parlamentos, en las calles y donde corresponda. Porque el futuro nos va en ello.

11 jun 2016

Del coche a las motos eléctricas, llega el moto sharing a Madrid

Cooltra empezó alquilando motos por días a turistas, por meses a gente que no quería comprarse una o por periodos de tiempo amplios para empresas que necesitaban una flota de motos. Pero llegó a nuestras calles el concepto de sharing. ¿Y si se pudiese compartir una moto por un corto periodo de tiempo y para trayectos puntuales? Después de todo, el 95% del tiempo estos vehículos están en desuso, aparcados mientras se está en casa o en el trabajo. 

Es, por lo menos, algo poco sostenible. Bajo este pretexto nació eCooltra, un servicio de moto sharing que quiere darle una vuelta de tuerca al car sharing que hasta ahora conocemos.

Las motos son eléctricas, por lo que requieren que las baterías estén siempre recargadas. Este trabajo es competencia del equipo de eCooltra que cada noche, y analizando el estado de cada una de las baterías, cambia aquellas que lo necesitan. Y ya de paso se limpia cada una de las unidades.

Murcia anuncia la mayor instalación solar fotovoltaica del mundo

El alcalde de Lorca, Francisco Jódar (izquierda), y el vicepresidente estratégico de la empresa Andaltia, Pedro Sánchez (a su derecha), han firmado un “Acuerdo de intenciones para el impulso del Proyecto Lorca Solar”. Según el comunicado que ha difundido el consistorio de Lorca (Región de Murcia), ayuntamiento y empresa promotora se comprometen mediante ese acuerdo a "agilizar el proyecto, al mismo tiempo que se estipulan una serie de condiciones encaminadas a afianzar la relación de Lorca Solar con el tejido empresarial y laboral del municipio".

Según el comunicado difundido por el consistorio lorquino, la instalación -que presumiblemente tendrá 400 megavatios- evitará la emisión de 475.000 toneladas de dióxido de carbono y el uso de 200.000 toneladas de petróleo anuales y promoverá la creación de 590 empleos directos.

A día de hoy, el Proyecto Lorca Solar se encuentra -según el Ayuntamiento- "en el penúltimo paso administrativo ante el Ministerio de Industria, Energía y Turismo; una vez salvado el mismo, solo quedará la concesión de la licencia de obras y licencia de actividad por parte del Ayuntamiento de Lorca para que pueda construirse la central”. 

El ozono se dispara en buena parte de España

Con la ola de calor que vienen sufriendo el centro y sur de España desde el cambio de mes, el intenso tráfico motorizado que soportan las principales ciudades y carreteras y el incremento del consumo de electricidad producida en centrales térmicas por el uso de aire acondicionado han provocado que se disparen los niveles de ozono troposférico en buena parte del Estado.

El ozono troposférico, también conocido como ozono “malo” por contraposición al de la estratosfera, es un contaminante secundario producido por la reacción entre la luz solar y el dióxido de nitrógeno y los hidrocarburos emitidos por los automóviles y algunas industrias. Por inhalación, provoca un incremento de los riesgos de enfermedades respiratorias agudas y reducción de la función pulmonar, así como el agravamiento de patologías cardiovasculares.

La OMS estima en 1.800 los fallecimientos prematuros anuales en España producidos como consecuencia de la exposición a niveles de ozono como los registrados en lo que llevamos de junio. El ozono, además de para las personas, es también tóxico para la vegetación, dañando los bosques y reduciendo la productividad de los cultivos.

Super 73, la bici eléctrica con apariencia de moto

La californiana Lithium Cycle acaba de presentar una novedosa bicicleta eléctrica, la Super 73. 

Las prestaciones del motor de 1.000W son destacables, pudiendo impulsar a la Super 73 hasta los 48 kilómetros por hora. Para pararla se ha optado por frenos de disco, en los dos ejes del vehículo.

Con ella se pueden recorrer hasta 32 kilómetros de una vez, o bien alargar esa cifra bastante más si lo que queremos es una asistencia al pedaleo. Sea como sea, tardaremos 3,5 horas en cargarla al completo.

¿Cuánto cuesta? De momento se encuentra dentro de una iniciativa Kickstarter, y en ella se piden 1.800 dólares por la Super 73, pero su precio final subirá bastante si consiguen convertirla en una “moto/bici” real: 2.999 dólares.

Modi pone en órbita la fotovoltaica: India instalará 5 GW este año y 9 GW en 2017

Las ambiciones solares de India, plasmada por el presidente del país, NarendraModi, en la Nehru Solar Mission National Jawaharlal (JNNSM) y que fija en 100 GW de capacidad fotovoltaica instalada en 2022, podrían parecer un poco descabelladas, pero según un reciente informe de Mercom Capital Group, el país ha pisado el acelerador y está dando pasos en la dirección correcta para lograr alcanzar esos objetivos.



De acuerdo con la última actualización de Mercom India, el país ha instalado hasta mayo 2,2 GW de nueva capacidad de energía solar, poniéndolo en camino de alcanzar los 5 GW en 2016, lo que convierte a la energía solar en la fuente de energía de más rápido crecimiento en India.

10 jun 2016

El G7 acuerda dejar de subvencionar a las energías fósiles (5.3 trillones USD/año)


El G7 ha acordado dejar de subvencionar a las energías fósiles para el año 2025, al tiempo que anunciaron tener la intención de seguir tomando medidas para conseguir el acuerdo de París. En concreto, consideran vital apostar por la energía limpia para alcanzar los objetivos climáticos y se comprometen a desarrollar estrategias a largo plazo para el uso de tecnología con bajas emisiones, y abandonar por completo los combustibles fósiles para fines del siglo.

En cifras, el ahorro es tremendo, y sin contar con los efectos que pueden atribuirse al avance del cambio climático por su uso. Por poner un ejemplo, solo en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), los subsidios a los combustibles fósiles en sus estados miembros rondan los 200 mil millones de dólares cada año. 

Una cifra que se dispara cuando las estimaciones las hace el Fondo Monetario Internacional (FMI), que calcula los subsidios, incluyendo el costo de los perjuicios atribuidos al calentamiento global, en unos 5.3 trillones de dólares cada año.
A día de hoy, las energías fósiles son subvencionadas por numerosos países industrializados, una realidad que choca con la decisión del G7, pero que al mismo tiempo puede ser una puerta abierta al cambio. De darse un paso de este tipo en favor de las energías verdes, sin duda, avanzaríamos en un asunto tan importante como es la coherencia política.

Porque de poco sirven las buenas intenciones ecologistas realizadas por los mandatarios cuando acuden a reuniones como la de la COP21, si luego mantienen un doble discurso que, simple y llanamente, desvela un gran engaño. Por lo tanto, la eliminación o no de las subvenciones será una prueba del algodón decisiva en nuestro avance hacia una sociedad baja en carbono. O, lo que es lo mismo, en favor de un planeta que pueda seguir siendo nuestro hogar.