12 sept 2022

Autoconsumo bla, bla, bla

España avanza muy despacio hacia el autoconsumo, aunque a veces parezca lo contrario. Las tasas de aumento son altas, pero es que se partía de casi cero. Alemania tiene 2 millones de tejados solares, el Reino Unido 0,8, Italia 0,6 millones mientras en España puede haber como máximo unos 200 mil. Existe una tendencia mundial de aumento acelerada por los precios de la energía y las evidencias de la emergencia climática, que ya nadie niega. Y solo hablar no nos va a aproximar a los países de nuestro entorno.

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Toda esta larga introducción es para señalar que es indiscutible el gran potencial de los tejados y fachadas para abaratar la factura de la electricidad con precios actuales máximos, crea empleo local de autónomos, y pequeñas y medianas empresas, permite paliar parte de la pobreza energética inyectando energía en momentos de elevadas temperaturas como las olas de calor, permite pagar las hipotecas antes por el ingreso periódico, disminuye la dependencia energética que en España sigue siendo del 73%, hace que los ciudadanos sean sujetos activos y controlen su producción y, sobre todo, dejen de emitir millones de toneladas de CO2 y tiene un impacto nulo sobre la biodiversidad y el territorio como señala ALIENTE.

Es decir, un plan masivo de instalación de tejados fotovoltaicos tendría enormes beneficios para todo el país, sin embargo, el actual PNIEC señalaba para el 2030 unos objetivos de entre 4 y 9 GW, (actualmente ya hay 2,3 GW) que son claramente insuficientes y que el gobierno afortunadamente actualmente está revisando al alza.

Hoy sigue habiendo docenas de impedimentos y barreras que hace que el actual impulso al autoconsumo sea más una quimera que una realidad, sigue siendo complejo y farragoso el proceso, y en el caso de las comunidades de vecinos prácticamente imposibles, lentitud de la aprobación por parte de las eléctricas, compensación injusta de excedentes, sin contemplar el balance neto, falta de transparencia de la compensación, incertidumbre en el precio de la venta de la energía y en la concesión o no de las subvenciones, escasas ayudas que se abonan más de un año después, etc.

No hay ninguna razón para que las naves industriales, polideportivos, ministerios o el resto de edificios públicos o centros comerciales –donde es más fácil y barato intervenir– no apuesten por los tejados solares. Llama la atención que a pesar de ser un tema donde ganamos todos, no se apoye de una forma masiva por los fondos europeos y de presupuestos de la administración, y falten políticas claras y decisivas, de apoyo de la energía solar fotovoltaica en tejados por parte de la administración central, autonómica y local.


En definitiva, falta ambición. Tan solo entre 4 GW y 14 GW, según el PNIEC hasta 2030, recordemos que Vietnam instaló 9 GW en solo un año. Es necesario ese plan masivo con sus correspondientes hitos bianuales, y un sistema de seguimiento detallado para eliminar barreras en los diferentes territorios, con rapidez en la concesión de permisos, un sistema de precios que incentive a todos los propietarios a poner placas solares en sus tejados, una simplificación del uso compartido de la energía y autoconsumo colectivo, apoyo directo a todas las comunidades energéticas, campañas de publicidad para que toda la sociedad comprenda la importancia del tema, etc.

Solo con actuaciones reales muy contundentes y claras y con participación de la sociedad donde todo el mundo gane, podremos enfrentar la emergencia climática y bajar los precios de la electricidad. Es ahora.