La apuesta alemana por las renovables es
clara desde hace años. El ritmo es imparable. Al auge de la solar con
casi 40 GW instalados le llega ahora el de la eólica. El coste de todo
esto es caro. Hace que sea la electricidad más cara del continente
por culpa de las subvenciones. Ahora eso sí, también están consiguiendo
abaratar el precio de la electricidad en el mercado y a largo plazo será
beneficioso para los consumidores germanos.