El Papa dice claramente en el documento que el cambio de costumbres que pide incluye la decisión de sustituir el uso de los combustibles fósiles y el desarrollo en su lugar de las fuentes de energía renovables para reducir las emisiones de gases contaminantes.
Considera "urgente e imperioso" desarrollar políticas que en los
próximos años permitan reducir esas emisiones y se fija especialmente en
la necesidad de reemplazar progresivamente la explotación del carbón,
el petróleo y el gas por otras energías sostenibles.