El Gobierno se ha tenido que envainar su apoyo a la continuidad de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos). El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha anunciado este martes, 1 de agosto, el rechazo del Gobierno a la prórroga de la autorización de explotación de la central nuclear más vieja y pequeña de España, desconectada por decisión de sus propietarias, Endesa e Iberdrola, en diciembre de 2012.
Se trata de una planta de primera generación, gemela de la de Fukushima, que tras la catástrofe de la central nipona requería "fuertes inversiones" que el sector cifra en más de 200 millones de euros para poder volver a conectarse.
El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, ha estimado el tiempo del desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) en una horquilla de 13 a 16 años. Esta estimación situaría el final del proceso una vez pasado el año 2030, en torno al 2033.
La autorización de desmantelamiento deberá ser solicitada por la Empresa estatal de Residuos (ENRESA), empresa encargada de realizar estas actividades. Además, tendrá que pedir la transferencia de titularidad de la central. Antes de la concesión de esta autorización y del traspaso de titularidad, se abrirá un periodo previo de desmantelamiento.
Una vez terminen las actividades desmanteladas, se acometerá el plan de restauración del emplazamiento. Después de ese proceso el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital deberá emitir la declaración de clausura. Será entonces cuando ENRESA devuelva el emplazamiento a su titular, en este caso Nuclenor.
Según fuentes del sector el coste de su cierre puede ascender hasta los 600 millones de euros.