Un estudio del grupo de investigación en neumología VHIR de Barcelona ha demostrado que la contaminación provocada por las partículas en suspensión emitidas por los vehículos diésel potencia la aparición de alergias.
Los resultados, publicados en la revista ‘Plos One‘, evidencian que “unos niveles de alérgeno que por sí solos no dan alergia, cuando se combinan con las partículas diésel sí la producen”.
El estudio se fija en las partículas provocadas por los motores a gasóleo porque son los que tienen más incidencia.