A las puertas del quinto aniversario del Acuerdo de París, varias organizaciones de diversos ámbitos sectoriales han reclamado mayor transparencia e independencia respecto a intereses privados tras las decisiones y actuaciones de la administración pública para la implementación de una transición ecológica y energética justa en España.
En un manifiesto denominado ‘Los sin cromos’, impulsado por la Fundación Renovables y Greenpeace,
las organizaciones firmantes denuncian que los recientes avances
normativos, legislativos y estratégicos han puesto en evidencia que el
engranaje de puertas giratorias ha funcionado a la perfección y que la
política pública no está cumpliendo su finalidad, trabajar por el
interés colectivo y no hacer de comparsa de intereses económicos del
sector que convenga.
El
manifiesto apunta a los conflictos de interés y, por tanto, a la
devolución de favores, como práctica habitual, entre la administración
pública y el sector privado. Este mecanismo de “intercambio de
cromos” es algo demasiado frecuente, denuncian las organizaciones, que
señalan que los intereses del oligopolio energético son determinantes en
la toma de decisiones vitales para la ciudadanía y para el medio
ambiente.
“Las puertas giratorias, una realidad sobrevenida y ampliamente comprobada, permiten transitar sin problema entre los despachos
de los diversos ministerios hasta los consejos de administración de las
grandes empresas, sin olvidar que este tipo de favores bilaterales
empiezan mucho antes de llegar a lo más alto del nivel administrativo.
Este mecanismo, que las principales fuerzas políticas han normalizado y
alimentado a lo largo de los años, genera una pérdida de credibilidad en
la democracia representativa y el poder ejecutivo, cultivando la
inmoralidad política y la pugna de intereses en los sectores regulados a
los que afecta, y mucho, la legislación que se discute en el
Parlamento”, señala el documento.
Aquí
es donde se enmarca la puesta en valor del amplio tejido social de “Los
sin cromos”, al no tener nada que ganar ni beneficios económicos que
repartir como devolución de favores, afirman las organizaciones:
“Nuestra opinión, nuestra voz y nuestras propuestas –explican– están
pensadas para el bien general, por el interés común y social, siendo el
necesario contrapeso en la balanza del poder, sea éste público o
privado. No podemos ofrecer nada a cambio, ni nos llevamos nada. Lo que
proponemos beneficia a la mayoría, a la colectividad y al planeta. No
cobramos de sectores o empresas concretas. No hay un toma y daca, no
tenemos cromos para intercambiar”. (+)