Repsol se quita del petróleo. La petrolera, volcada como todo el sector de hidrocarburos en el giro a las energías limpias, acabará 2020 con 11 búsquedas finalizadas de nuevos yacimientos -ocho de pura exploración y tres de bolsas con hallazgo confirmado-. En 2019, los "pinchazos" por todo el mundo en busca de petróleo y gas fueron el doble. Desde 2008, la actividad de búsqueda ha caído un 300%. Menor actividad supone menos dinero. En el periodo 2021-2025, la inversión anual prevista para nuevos sondeos se sitúa en 150 millones. En 2014 fueron 1.800 millones.
La transformación en una compañía petrolera que casi va a dejar de buscar petróleo conllevará movimientos geográficos de repliegue. Repsol ya ha anunciado que al finalizar el período del plan estratégico en 2025, prevé estar presente, a través de su área de Exploración y Producción, en menos de 14 países, frente a los 27 actuales. Fuentes del mercado dan por hecho que en los próximos años, la empresa abandonará países en los que ahora realiza exploraciones como Australia, Grecia, Irlanda, Rusia y Vietnam. La compañía no ha hecho comentarios acerca de tal posibilidad.
El giro estratégico quedó claro este año cuando la petrolera anunció el desestimiento del proyecto de exploración que tenía previsto en la península de Guida, en la Siberia rusa, en una sociedad conjunta con Gazprom y Shell. El proyecto contemplaba la exploración de dos bloques petrolíferos , cerca del mar de Kara, para el que hubo un compromiso en fase inicial, alcanzado en junio de 2019, que estaba pendiente de concreción.
No hay vuelta atrás. Al fin se han cumplido las previsiones de la Agencia de las Energías Renovables (IRENA) que pronosticó para este mismo año 2020 cómo la electricidad producida a partir de energías renovables sería más barata que la generación con combustibles fósiles. Para 2020, señaló la agencia, "todas las tecnologías de generación de energía que ahora están en uso comercial" competirán en precio con los combustibles fósiles.