El martes en La Palma, en la central de Los Guinchos, había operando tres grupos. El mayor de ellos, una turbina, sufrió una parada y los dos motores restantes no tenían la capacidad suficiente para compensar la falta de potencia de l a turbina. Se incumplió con el criterio de redundancia con el que por normativa operan los sistemas eléctricos.
A una máquina no se le puede pedir que no falle nunca y así lo contemplan los procedimientos operativos. Ese criterio de seguridad se llama 'N menos1' y supone que ante cualquier fallo de un elemento del sistema este debe tener la redundancia suficiente para compensarlo y así evitar cortes de suministro a clientes. Esto es algo que ocurre a diario en todas las centrales del mundo, El 'cero energético' no fue provocado por la parada imprevista de la turbina, que es algo que puede pasar, sino porque el resto de grupos en funcionamiento no contaban con la potencia necesaria para compensar esa caída.
Insisto en que los dos grupos que quedaron en funcionamiento lo hicieron de forma adecuada, según su programación, y subieron potencia a su máximo pero, lamentablemente, no pudieron compensar la falta de potencia porque no tenían capacidad suficiente. Esto provocó el apagón y no la parada de la turbina. Ese día no se cumplió el criterio 'N -1' en los grupos de la central de Los Guinchos por parte del operador del sistema. Por lo que el cero hubiera sido evitable. Los datos lo acreditan.
El Gobierno de Canarias está llevando a cabo una exhaustiva investigación en la que estamos colaborando. Lo cierto es que los grupos de la central actuaron perfectamente dentro de su programación. El problema fue que no existía suficiente capacidad de reserva programada por REE. Aprovecho para agradecer al personal de la central y al equipo de distribución, su excelente trabajo ya que gracias a ellos se logró que el suministro se recuperara en menos de tres horas, un tiempo récord.