Mientras en España se sigue esperando el tan ansiado decreto sobre
autoconsumo, nuestro vecino Portugal ya lo tiene en vigor. Una
regulación con venta de excedente a la que se pueden acoger las
instalaciones de energías renovables. La orden recoge aspectos como el
registro de las instalaciones tanto de autoconsumo como de la modalidad
de “Unidad de Pequeño Productor”.
Ahora, se simplifican sustancialmente los procedimientos que se introducen para la instalación de plantas de producción.
En el caso de una potencia inferior a los 200 W no hace falta ningún
tipo de notificación. En las instalaciones de hasta 1,5 kW (cerca de
seis paneles fotovoltaicos) basta simplemente con una comunicación.
La electricidad sobrante que se inyecte a la red eléctrica portuguesa
se venderá a un precio un 10% menor que el valor de mercado, lo que se
traducirá en un mayor esfuerzo para adaptar el tamaño de los paneles fotovoltaicos a las necesidades reales de consumo.
En resumidas cuentas, la nueva
normativa hace posible que el individuo pueda producir su propia
electricidad sin crear nuevos costes para el sector eléctrico.