Se trata, según el informe, de que la producción de electricidad
de origen renovable (eólica y fotovoltaica) represente en 2050 más del
90% del total frente al 38 % actual.
Según el estudio, esto significa, en el caso de España, que en 2050 prácticamente todos los vehículos deberían ser eléctricos -en 2015 se vendieron tan solo 2.300 unidades en nuestro país- o que entre el 40% y el 60% del transporte pesado se tendría que realizar por ferrocarril eléctrico -actualmente el 95 % se hace por carretera.
El informe también recoge las ventajas económicas que tendría para la
sociedad cumplir con estos objetivos: el precio medio de la
electricidad para los hogares españoles se reduciría el 42 % por un
aumento de la demanda, que se duplicaría por su electrificación.
Además, se lograría una menor dependencia energética, con lo que bajaría la millonaria factura petrolera de España.