“¿Cómo podemos proteger la salud de nuestros conciudadanos si la Unión
Europea aprueba una decisión que permite medidas que aumentan la
contaminación a costa de la salud pública?”, “No se puede permitir que
se imponga a las autoridades públicas la obligación de cumplir con las
normas de contaminación y que, al mismo tiempo, el sector de la
automoción tenga luz verde para infringirlas”.
De esta forma tan clara se expresan los 20 alcaldesas y alcaldes de
grandes ciudades europeas firmantes de una carta de queja presentada
esta semana ante la Comisión Europea con el objetivo de evitar la
entrada en vigor de la propuesta comunitaria que permitirá a los
vehículos diesel que se vendan a partir de 2017 rebasar los límites de
emisiones fijados en un principio.
El texto subscrito las alcaldesas y alcaldes de ciudades como
París, Londres, Bruselas, Milán, Copenhague, Oslo, Madrid y Barcelona
subraya que “si esa decisión se aplica, la calidad del aire en nuestras
ciudades no será conforme con las normas europeas.”