El instituto de investigación global de McKinsey & Company ha analizado los precios actuales del almacenamiento de energía y ha llegado a la conclusión de que los clientes comerciales ya están sintiendo los beneficios económicos de unas baterías más baratas y de la reciente caída de los precios en la tecnología de ion-litio.
Con los costes de las baterías reducidos a menos de 230 dólares/kWh – en comparación con los alrededor de 1.000 $ / kWh que costaba en 2010- el almacenamiento está en auge en toda Europa, Asia y EEUU. Este crecimiento está siendo facilitado por un mayor crecimiento en las compras de vehículos eléctricos (EV) y porque los principales fabricantes están ampliando su capacidad de producción de baterías de ion-litio para satisfacer la demanda.
Aparte de dar a los clientes una mayor independencia energética, el impacto de los menores costes de almacenamiento podría ser de gran alcance para las compañías eléctricas, según el informe.
Las diferentes combinaciones de almacenamiento y solar probablemente serán capaces de esquivar cualquier tasa variable que las eléctricas creen, añade el informe, señalando cómo la medición neta y su adaptación han servido como poderosos incentivos para instalar paneles solares en los últimos años.