La Unión Europea se ha propuesto convertirse en el primer bloque climáticamente neutro del mundo de aquí a 2050. Esto exige inversiones considerables, tanto de la UE como del sector público nacional, así como del sector privado. El Plan de Inversiones del Pacto Verde Europeo (el Plan de Inversiones para una Europa Sostenible), movilizará un mínimo de un billón de euros de inversiones.
En dicho plan, la UE apuesta decididamente por las energías renovables como palanca de cambio para reconstruir Europa tras la crisis del Covid-19. Se estima que serán necesarios unos 100.000 millones de euros de inversión solo en energías limpias para las próximas tres décadas.
Europa ha sido pionera en el lanzamiento de renovables, su confianza en esta tecnología es ciega para limpiar su mix energético y sacar a los combustibles fósiles.
Para ello, todos los países de la UE están lanzando programas de desarrollo de renovables a través de distintos mecanismos, la gran mayoría a través de subastas. Se trata de la manera más idónea para ordenar el desarrollo y la integración de renovables en cada país.
Los inversores están atentos a esta gran oportunidad que brinda el mercado europeo. Fondos de inversión, utilities de medio mundo, petroleras, energéticas, en general, están interesadas en proyectos de renovables por todo el Viejo Continente.
Para llevar a cabo estos proyectos es fundamental que los inversores presenten una serie de garantías para poder desarrollar las instalaciones verdes.