El parque de viviendas de España tiene 45 años de media, calificación energética E —uno de los tramos más bajos en la escala— y como consecuencia, cada año es responsable de alrededor del 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Un coladero de energía que en España alcanza, de media, las 29.000 toneladas anuales de gases de efecto invernadero y en Europa un total de 450.000. Un consumo que podría ser evitable y que la UE tiene la intención de eliminar de cara al año 2050.
El conjunto de países europeos tiene 30 años de margen para hacer las intervenciones necesarias que le permitan transformar su parque de viviendas en el máximo eficiente posible. Para España, que tiene un parque envejecido y de baja calidad constructiva, esto se convierte en un reto complicado. Especialmente porque la normativa sobre habitabilidad que ha marcado los dos grandes booms de construcción en España ha brillado por su laxitud en comparación con otros vecinos europeos.
España: mucho ladrillo y muy mal puesto
España lleva más de diez años incumpliendo la obligación de transponer a nuestra legislación la directiva 2002/91/CE del Parlamento Europeo relativa a la eficiencia energética de los edificios.