9 ago 2021

El IPCC considera que el decrecimiento es clave para mitigar el cambio climático

Y aquí está una de las claves, no se menciona claramente el imprescindible cambio radical en un sistema económico cuyo funcionamiento perverso de acumulación y reproducción del capital a perpetuidad nos ha llevado al punto crítico actual. Punto en el cual ya es difícil ocultar la evidencia de que otro punto, el de no retorno, está, como mínimo, muy cerca. Tal y como le ha ocurrido ya al Amazonas,
que emite más carbono del que absorbe, o a Groenlandia, que ha batido récords de temperatura y de verter agua dulce y fría al océano, aumentando el riesgo de ralentización y colapso de la corriente termohalina, la cinta transportadora, vital para la estabilidad de nuestro sistema climático. Y cuyo colapso tendría consecuencias incalculables.

Ahí podemos entrever el pequeño/gran fallo del organismo, que por definición parece difícil de resolver y que hará que estas filtraciones se sigan produciendo: el IPCC funciona buscando consensos amplios, lo que dificulta que los posicionamientos más atrevidos sean tenidos en cuenta en el informe final, y no hablamos de científicos radicales solitarios: además de la Agencia Europea del Medio Ambiente, Nature, una de las revistas académicas más prestigiosas del mundo ya ha publicado estudios evidenciando que la única “solución” tanto para la transición energética como para la emergencia climática pasa por asumir que seguir creciendo sin causar más daño es obviamente imposible, y en consecuencia hay que planificar una estabilización y/o un decrecimiento de la esfera material. Repartir para vivir bien, pero dentro de los límites.

Recientemente, el barómetro de consumo responsable francés ha demostrado que la opinión pública está más abierta de lo que muchos quieren hacer creer. El 52% de los franceses creen que hay que abandonar por completo el modelo basado en el mito del crecimiento infinito. Así que la esperanza de que se trabaje en la línea de aceptar el problema y al mismo tiempo trabajar para remediarlo mundialmente de la manera más justa posible aumenta, a medida que decrecen nuestras posibilidades de seguir creciendo sin estrellarnos en el intento.