El gasto en energías limpias aumentará alrededor de 350.000 millones para 2023, únicamente un 35% de lo previsto por la AIE. La mayor parte se movilizará en las economías avanzadas y solo una mínima parte en los países emergentes. Habría que multiplicar la inversión en energías renovables y eficiencia energética para llegar al Acuerdo de París en 2030.
Primer dilema: mejorar la globalización o una nueva crisis de la deuda
OPCIÓN: cambiar el mercado de la electricidad sin competencia por un mercado inclusivo
Segundo dilema: neutralidad climática o neutralidad tecnológica
OPCIÓN: una política económica de huella de carbono
Si el gas contamina, pero menos, es sostenible; si la nuclear no produce emisiones, también es sostenible; si el petróleo ayuda a otra actividad a reducir sus emisiones, también es sostenible. Sustituir el principio de neutralidad climática por el de neutralidad tecnológica es un regalo a los lobbies contaminadores y un freno a la acción contra el cambio climático.