La Unión Europea (UE) está decidida a impulsar el mercado del autoconsumo energético mediante subvenciones públicas y medidas fiscales, como con un IVA reducido a las placas solares, cada vez más populares entre los consumidores que buscan una mayor independencia de las grandes eléctricas y ahorrar en la factura de la luz.
Los 27 socios de la Unión Europea han acordado una reforma de la directiva del IVA con el objetivo a que los países gocen de una mayor flexibilidad en el momento de establecer qué productos y bienes pueden beneficiarse de los tipos reducidos, superreducidos e incluso nulos en el impuesto sobre el valor añadido.
En concreto, la UE plantea un IVA que se sitúe entre un 0 y 5% para paneles solares de uso residencial y en edificios públicos con el fin de acelerar la transición energética y reducir las emisiones de CO2. Así, tras 30 años sin modificaciones sustanciales, el Viejo Continente se abre a que todos los socios disfruten de las excepciones que hasta ahora solo podían algunos pocos y que, según el Ejecutivo comunitario, estaban justificadas por razones «históricas».