3 ene 2023

El autoconsumo desborda las expectativas y la potencia instalada se duplica en solo un año

Mientras el sector fotovoltaico observa con preocupación el creciente rechazo social a las grandes plantas solares, y con el próximo 25 de enero marcado en rojo –miles de megavatios renovables deben tener ese día permiso ambiental concedido o perderán su punto de conexión–, las perspectivas para el autoconsumo son muy favorables.

2022 ha sido el mejor año de la historia para esta solución energética en España, con un crecimiento que ha desbordado las expectativas iniciales y que ha tenido mucho que ver con la explosión de precios de la luz tras la guerra en Ucrania. El sector ha transmitido ya a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) que, al ritmo actual, las mejores previsiones del Gobierno para el autoconsumo en 2030 se pueden quedar muy cortas y podrían llegar a “duplicarse”.

Las proyecciones más optimistas son las de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), que apunta que en 2022 se instalaron hasta 2,4 gigavatios (GW) de nueva potencia de autoconsumo, el equivalente a dos centrales nucleares. Esto llevaría el acumulado instalado ya por encima de los 5 GW, no muy lejos de los 6 GW que preveía para 2030 un informe de la consultora Deloitte publicado a finales de 2018, después de que el gobierno de Sánchez eliminara el famoso impuesto al sol del Ejecutivo del PP.

Los fabricantes chinos de paneles solares rompen récords de eficiencia, y bajan los precios de las obleas más de un 25%

La energía solar fotovoltaica se ha convertido en una prioridad para muchos estados, empresas y también para particulares, como la solución más fácil, rápida y sencilla de reducir los costes energéticos. Ahora desde China las principales empresas productoras han confirmado el importante impulso a esta apuesta global gracias a sus avances en eficiencia, pero sobre todo al fuerte descenso de los costes de producción por la robusta economía de escala.

Por un lado, tenemos la mejora de la eficiencia, que es un punto fundamental para lograr sistemas más compactos y más fáciles de instalar, sacando el máximo partido al espacio disponible.

En el caso de LONGi, el pasado mes de noviembre confirmaba el hito con una celda solar de silicio heterounión (HJT) de tamaño completo al lograr una eficiencia de conversión del 26.81%, siendo la mejor marca lograda por esta tecnología de uso popular en el sector que ocupa casi el 95% del mercado fotovoltaico actual.

Pero además de la constante mejora de la eficiencia, LONGi ha confirmado que para este año los precios de sus obleas bajarán un 27% respecto a las tarifas de finales del pasado año, siendo el coste de sus modelos M10 tipo P por 5,4 yuanes (68 céntimos de euro) un 27,22% menos.

Por su parte, otro de los gigantes de la producción, TCL Zhonghuan, también se ha sumado a esta carrera por bajar los costes de las obleas, y en el caso de las G12 de tipo p ahora tienen un precio de 7,1 yuanes (96 céntimos de euro) un 23,7% menos que el pasado mes de noviembre.

Según Li Zhenguo, fundador y presidente de LONGi: “Mejorar la eficiencia y reducir el coste nivelado de energía, es el tema eterno del desarrollo de la industria fotovoltaica. La eficiencia de las celdas solares es el faro de la innovación en tecnología fotovoltaica. Cada mejora del 0,01 % en la eficiencia de conversión de las células solares requiere un esfuerzo enorme.»

Por su parte, la empresa de análisis BOCI Securities, con sede en Shanghai, ha indicado en su último informe que: «La creciente competitividad de los costes de la generación de energía solar, impulsada por la expansión de la producción y la reducción de los costes previos, ayudará a promover las energías renovables en todo el mundo«.

Según los datos de la Agencia Internacional de la Energía, China fabrica y suministra más del 80% de los paneles fotovoltaicos del mundo. El gigante asiático tiene previsto añadir al menos 570 GW de energía eólica y solar en el periodo 2021 a 2025, para lograr su objetivo de neutralidad de emisiones para 2060.

En la cresta de la ola

Faltan instaladores (porque la demanda de autoconsumo es cada vez mayor) y hay una cierta preocupación en el sector ante la posibilidad de que pueda empezar a haber problemas de suministro de componentes. Pero, por encima de todo, hay optimismo (mucho optimismo) y ganas de crecer. De crecer haciéndolo bien. 

El autoconsumo está en la cresta de la ola. En 2021 puso en marcha 1,1 gigavatios de potencia; en 2022 va camino de los 2,2; y, más aún: en el último Foro Solar, algunos expertos aventuraban, ya que la velocidad de crucero, “en el corto plazo”, podría alcanzar los cinco gigas año.

31 dic 2022

Subvenciones y bancos se unen para animar la compra de placas solares

Este año será recordado como el de la explosión en el autoconsumo eléctrico. La crisis energética ha empujado a los usuarios a buscar soluciones para ahorrar en la
factura de la luz e instalar placas solares (siempre que se pueda) es una de las mejores alternativas. De hecho, se espera que en 2022 se hayan desplegado más de 2.000 megavatios (MW) de potencia en instalaciones de autoconsumo, lo que supone un 54% más que el ejercicio precedente, gracias, en parte, a las subvenciones públicas.

El autoconsumo es una alternativa más ventajosa económicamente que el suministro procedente de la red porque disminuye directamente el término variable de la factura eléctrica. En concreto, permite compensar parte del coste de la energía que se sigue comprando a la red con los excedentes que puedan generarse. Dota así al consumidor de un mayor control de sus gastos energéticos al poder conocer en todo momento su producción y consumo gracias a la monitorización de su instalación.

En definitiva, le da más independencia frente a la variabilidad de los precios de los combustibles fósiles que afectan al precio del mercado mayorista. Desde Selectra, señalan que las subvenciones para el autoconsumo permiten un ahorro en la instalación de hasta un 50%. Existen dos tipos: sobre el precio de la instalación o sobre impuestos del Estado.

Hidrógeno, ¿sí o no? Guía para entender su potencial energético

Un futuro en el que la combinación entre hidrógeno y baterías sea una realidad requiere abordar los desafíos que presentan ambas tecnologías.

Uno de los mayores obstáculos para el hidrógeno es su coste de producción, que debe ser competitivo con respecto a las alternativas actuales. El uso de baterías puede facilitar la industrialización y el coste de obtención del hidrógeno.

Además, el almacenamiento del hidrógeno presenta desafíos en términos de durabilidad, recarga y ciclo de vida, que se están abordando para optimizar su eficiencia.

Por su parte, la industria de las baterías se está centrando en desarrollar nuevas generaciones tecnológicas que permitan satisfacer las necesidades de industrias como el vehículo eléctrico, las energías renovables o la electrónica de consumo.

Esto incluye aumentar las densidades energéticas de los dispositivos, algo que se espera que las baterías de estado sólido puedan lograr, junto con otros avances en las composiciones de cátodos y ánodos y la configuración de las celdas.

La respuesta a estos desafíos determinará la evolución del hidrógeno y las baterías y, a su vez, la consolidación del futuro modelo energético que se pretende alcanzar.

Por lo tanto, es importante poner en marcha planteamientos tecnológicos que incluyan el desarrollo de estas soluciones de manera combinada, aprovechando las sinergias y posibilidades que se ofrecen mutuamente para acelerar su madurez.

Esto es un primer paso para establecer a largo plazo un modelo energético flexible e híbrido que aproveche lo mejor de ambos mundos.


28 dic 2022

La realidad del coche eléctrico en Alemania: se venden muchos, pero contaminan 5 veces más que en España

Circular con un coche eléctrico en Alemania, el país europeo donde más coches de este tipo se venden, es cinco veces más contaminante que en España. El pasado mes de julio publicamos un artículo en el que calculamos en detalle
cuánto CO2 genera indirectamente un coche eléctrico en España debido a la electricidad que necesita. Nuestro país tiene una producción bastante limpia, con un casi un 70% libre de emisiones, lo que hace que usar un coche eléctrico tenga un balance muy positivo. Sin embargo, el impacto medioambiental en Alemania, donde casi una cuarta parte de los coches nuevos que se venden son totalmente eléctricos, no es todo lo positivo que cabría esperar.

Teniendo en cuenta lo que contamina un coche medio de gasolina (sumando las emisiones directas y las indirectas generadas en la producción de la gasolina), se da la circunstancia de que, en Alemania, actualmente, circular con un coche eléctrico contamina sólo un 27% menos que un coche de gasolina. En el caso de España, un eléctrico contamina siete veces menos que uno de gasolina. Mientras que un coche de gasolina que consuma 6,5 l/100 km emite, aproximadamente, unos 17,6 kg de CO2 cada 100 km, un eléctrico que recargue en Alemania tiene asociadas, aproximadamente, unas emisiones indirectas de 12,8 kg de CO2 cada 100 km. Esto tiene otra consecuencia: se necesita recorrer muchos más kilómetros para compensar la contaminación generada por la batería del vehículo.

Pese a lo anterior, los eléctricos siguen aportando una ventaja fundamental en los núcleos urbanos: no emiten dióxido de carbono (CO2), monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx) ni partículas en suspensión (PM), con lo cual contribuyen a tener un aire de mejor calidad en las ciudades. A costa, eso sí, de otro lugar a varias decenas o unos cientos de kilómetros (donde esté la central de carbón o ciclo combinado), y del total de la atmósfera. Mientras tanto, en plena transición verde la UE, Alemania sigue apostando por abandonar la energía nuclear (aunque pospondrá el apagón previsto para el 31 de diciembre) en pro de quemar carbón.