Este año será recordado como el de la explosión en el autoconsumo eléctrico. La crisis energética ha empujado a los usuarios a buscar soluciones para ahorrar en la factura de la luz e instalar placas solares (siempre que se pueda) es una de las mejores alternativas. De hecho, se espera que en 2022 se hayan desplegado más de 2.000 megavatios (MW) de potencia en instalaciones de autoconsumo, lo que supone un 54% más que el ejercicio precedente, gracias, en parte, a las subvenciones públicas.
El autoconsumo es una alternativa más ventajosa económicamente que el suministro procedente de la red porque disminuye directamente el término variable de la factura eléctrica. En concreto, permite compensar parte del coste de la energía que se sigue comprando a la red con los excedentes que puedan generarse. Dota así al consumidor de un mayor control de sus gastos energéticos al poder conocer en todo momento su producción y consumo gracias a la monitorización de su instalación.
En definitiva, le da más independencia frente a la variabilidad de los precios de los combustibles fósiles que afectan al precio del mercado mayorista. Desde Selectra, señalan que las subvenciones para el autoconsumo permiten un ahorro en la instalación de hasta un 50%. Existen dos tipos: sobre el precio de la instalación o sobre impuestos del Estado.