El parque fotovoltaico de Quaid-e-Azam (QASP), que toma
el nombre del fundador de Pakistán, no es sólo un gran proyecto sobre
el papel, sino una realidad que cuenta en la actualidad con 100
megavatios de capacidad, y que cuando el proyecto esté
terminado, en 2017, cubrirá una superficie de 500 hectáreas, dispondrá
de un total de 5,2 millones de células fotovoltaicas con una potencia de
1.000 MW, con capacidad para abastecer electricidad a 320.000
hogares tipo. Además, la planta también reducirá la huella de carbono de
Pakistán, dijo Najam Ahmed Shah, el director ejecutivo de QASP, ya que se quemará.
El Gobierno ha invitado a los inversores a invertir aquí y anunció una
nueva ayuda (FIT) para las plantas de energía solar en enero de este
año, mediante la cual los inversores podrán vender electricidad a la red nacional a 14-15 centavos de dólar por kWh.
El anuncio de esta tarifa y la finalización de los primeros 100 MW en
Bahawalpur han despertado un gran interés por parte de los inversores.
Pakistán pretende reducir su dependencia de los combustibles fósiles a alrededor del 60% para el 2025