Aunque la energía fotovoltaica solo representa el 5,3% del total del
consumo de electricidad en Europa, este sector se ha beneficiado del
impulso mundial en favor del consumo de una energía más "verde". Según
Coface, el mercado de este tipo de energía se presenta prometedor a
medio plazo.
Las cuestiones vinculadas a la conferencia del cambio climático COP21.
Estas incluirán mejorar el acceso a las energías renovables, apoyar el
desarrollo internacionalmente, y crear oportunidades de mercado
significativas. En Europa ya existen objetivos: los gases de efecto
invernadero se deberán reducir otro 20% para el 2020, lo que representa
una reducción del 40% desde los niveles de 1990. Esta reducción es
equivalente a cerrar 400 centrales eléctricas. Las nuevas medidas
introducidas podrían tener un efecto tijera: el coste de la energía
tradicional aumentará, mientras que la energía procedente de las
fotovoltaicas sería más económica, lo que reduciría el coste de las
instalaciones y al final haría más rentables las inversiones.