Más de un centenar de urbes se sustentan con un 100% de energías limpias. Entre ellas se encuentran Basilea y Reikiavik, que aprovechan los recursos de su entorno para obtener electricidad a partir de plantas geotérmicas, hidraúlicas y eólicas. Fomentar el autoabastecimiento de los ciudadanos, apoyar a las empresas energéticas e implementar medidas para instalar estas tecnologías en nuevos edificios son algunas de las estrategias de estas ciudades ejemplares.
Una de las principales claves comunes a estas ciudades es haberse convertido en centros de innovación tecnológica donde se desarrollan soluciones para disminuir las emisiones y contribuir a un sistema energético más sostenible.
Otro de sus secretos es aprovechar al máximo las ventajas de su entorno y situación geográfica para implantar modelos eléctricos basados en fuentes renovables. En Burlington, las autoridades han logrado obtener toda la energía a partir de la combinación de plantas solares, eólicas, hidraúlicas y de biomasa, impulsando las empresas locales que basan su negocio en estas tecnologías y fomentando el autoabastecimiento por parte de los propios ciudadanos. Además, la ciudad mantiene su propia red eléctrica y es propietaria de una central hidraúlica.
En Reikiavik aprovechan tanto la fuerza del agua como la energía geotérmica. Pero no es el único territorio islandés que apuesta por la sostenibilidad: el país ha conseguido la casi total transición energética tanto en el abastecimiento eléctrico de los hogares como en los sistemas de calefacción.