La rápida caída de los precios de los módulos y las instalaciones solares, y el hecho de que ya sea más barato producir electricidad con fotovoltaica que comprársela a las compañías eléctricas está tirando fuerte del mercado de las baterías. Y ese ahorro abre nuevas oportunidades para invertir en soluciones de almacenamiento complementarias. Con muy buenos resultados económicos.
Según un análisis de PricewaterhouseCoopers (PwC), ‘Energyfacts: fin de las subvenciones para las instalaciones fotovoltaicas antiguas’, los propietarios de instalaciones domésticas de tamaño medio instaladas sobre cubierta con aproximadamente 6 kW de potencia y 935 horas de funcionamiento a plena carga al año podrían obtener a partir de 2021 solo unos 163 euros al año por la venta de la electricidad. Pero, si consumieran ellos mismos esa electricidad, podrían ahorrar 533 euros al año. La ventaja económica se hace aún más patente si se combina la instalación fotovoltaica con un acumulador.