Las renovables cuentan con un aliado que en los próximos años marcará un punto de inflexión respecto al resto de tecnologías, el almacenamiento. Según la revista Forbes, incluso en Estados Unidos, tierra del gas natural barato y abundante, el almacenamiento de energía eólica y solar se va a volver tan competitivo que construir nuevos activos de gas será una apuesta arriesgada.
Esta tendencia se hará más pronunciada en los próximos cinco años a medida que los precios de la energía solar y el almacenamiento continúen cayendo mientras que los costes de una central de gas natural y de su combustible se van a mantener más o menos iguales. Por ejemplo, NextEra Energy pronostica unos costes sin ayudas para el almacenamiento de energía solar de unos 31-39 euros/MWh para 2023. Por el contrario, el Laboratorio Nacional de Energía Renovable de EEUU proyecta que los nuevos costes de generación de gas natural de ciclo combinado aumentarán, llegando a 31-38 euros/MWh para 2023.
Para 2035, las energías renovables competirán con el carbón como el recurso más barato disponible. Existen tendencias similares en India, donde la energía solar ya es un 14% más barata que la nueva energía a carbón, que históricamente ha sido la fuente de energía más barata. Si se quiere invertir en nuevas infraestructuras gasistas, señala Wood Mackenzie, se deberá tener en cuenta que cambiará el modelo en tan solo cinco o, como mucho, diez años.