Dos razones fundamentalmente explican el nuevo tirón de la energía fotovoltaica. Por un lado, la renovada apuesta del Ministerio para la Transición Ecológica por las renovables, obligado por el objetivo marcado por la UE de que en 2023 las renovables supongan el 32% del total de la energía producida. Y, por otro lado, los avances en la tecnología fotovoltaica, que permiten un mayor rendimiento de las placas solares con un menor coste. «Montar ahora un huerto solar puede costar hasta un 90% menos que los que se implantaron hace diez años», explica el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier), Miguel Ángel Martínez-Aroca.
El lado positivo de este nuevo 'boom' de las fotovoltaicas es que si llegan a ejecutarse en los próximos años todas las peticiones de producción planteadas, la inversión global rondaría los 6.000 millones de euros.