Angela Merkel se juega su legado como canciller del clima esta semana. El Gobierno alemán tiene previsto desvelar este viernes un ambicioso y multimillonario paquete de medidas ambientales con el que Berlín aspira a marcar un hito global en la lucha contra la crisis ambiental. Se trata además de que Alemania, el país que ha hecho bandera como pocos del ecologismo y de la lucha multilateral contra el cambio climático, vire el rumbo y pueda cumplir con los compromisos internacionales de reducción de gases de efecto invernadero. El transporte, la agricultura o la vivienda son solo algunos de los sectores que se verán afectados en la primera economía europea por un abanico de medidas que se prevé que pueda sumar al menos 40.000 millones de euros, según diversos medios.
Esta es probablemente la gran iniciativa política de esta legislatura, la última de la canciller Merkel.
El documento nace en buena medida como respuesta al vertiginoso auge del partido verde alemán y coincidiendo con la mega-movilización ecologista que se prevé que este viernes saque a cientos de miles de personas a la calle en todo el país. Y se produce, además, tres días antes de que Naciones Unidas celebre en Nueva York la cumbre del clima, donde, si finalmente se aprueba el paquete, Merkel podría volver a ejercer un liderazgo ambientalista, después de haber hecho los deberes en casa, o al menos sentado las bases para hacerlos.
Pero más allá de evidencias científicas y de posibles efectos económicos lo cierto es que el paquete es fruto de la presión política y ciudadana, que empuja a los partidos del Ejecutivo alemán. En primer lugar, Los Verdes. La formación ecologista experimenta un ascenso continuado desde hace meses, que la ha colocado en segundo puesto en las encuestas de intención de voto, muy por delante de los socialdemócratas y no tan lejos del bloque conservador de Merkel. A la contienda partidista se le añade la efervescencia ecologista de una ciudadanía para la que el medioambiente se ha convertido en una de sus principales preocupaciones y que este viernes tiene previsto salir en masa a la calle, a secundar una convocatoria de Fridays for Future, el movimiento estudiantil iniciado por Greta Thunberg.