En los últimos cuatro años, desde 2014 a 2018, la capacidad fotovoltaica España apenas creció 523 MW y más del 90% de esas instalaciones fueron para autoconsumo. Pese a una regulación que obstaculizaba su desarrollo con el ‘impuesto al sol, con trámites administrativos demasiado largos o con requisitos técnicos demasiado complejos, casi han sido los únicos paneles solares que se han vendido en nuestro país.
Según el Informe Anual de UNEF, en 2018 se instalaron 236 MW de autoconsumo fotovoltaico en España «lo que lleva a cifras de potencia instalada acumulada ya cercanas a los 500 MW» y significa que nueve de cada diez instalaciones fueron para el consumo eléctrico propio.
«A falta de que haya una política favorable al autoconsumo, se espera que en los próximos años se mantenga el ratio del 10% de las instalaciones de autoconsumo del cómputo total del crecimiento de la fotovoltaica en España», concluyó el responsable de UNEF.