La instalación de paneles fotovoltaicos en la cubierta de un edificio puede reducir un 40% (300 euros) la factura de la luz anual, pero si además se realiza en una cubierta inclinada y no plana, la cantidad puede ser superior a 400 euros, apuntan desde la Asociación Promotejado.
Para su presidente, “en una cubierta inclinada los paneles solares o módulos fotovoltaicos deben colocarse integrados en la misma superficie, adoptando su inclinación y orientación, puesto que, según el Código Técnico de la Edificación, las pérdidas que se producen por alejarse del óptimo (orientación sur y 40º de inclinación) son mínimas”.
“La instalación de paneles solares es mucho mejor y más fácil en cubiertas inclinadas que en planas, ya que ofrece una mayor integración con los elementos arquitectónicos y no es necesario el empleo de montajes complicados”, señala el presidente de Promotejado.
La Asociación aporta otras razones que desaconsejan la colocación de placas fotovoltaicas en cubiertas planas: producen un impacto visual y arquitectónico negativo, los paneles están sometidos a elevadas cargas de viento, suponiendo un peso adicional por la carga antivuelco, se producen pérdidas energéticas por ventilación e implican un sobrecoste de la estructura.
Según el Observatorio de la Sostenibilidad, sólo en Madrid el despliegue de generadores fotovoltaicos en los tejados proporcionaría energía para abastecer el consumo eléctrico total de 1,2 millones de personas, generaría en torno a 14.000 puestos de trabajo y movería una inversión cercana a los 5.800 millones de euros.