Un año con los precios de la luz disparados está derivando en un creciente interés por llenar tejados de paneles solares con los que autoabastecerse de energía eléctrica y pegar un tijeretazo a la factura de la luz. Un 'boom' que está lejos de ser una 'burbuja', porque España tiene mucho recorrido por delante si se compara con lo que ocurre en mercados europeos, donde el autoconsumo está mucho más desarrollado.
“Estamos en un momento de puesta al día de todo lo que no se había hecho. Por ejemplo, en España tenemos unas 150.000 instalaciones de autoconsumo y en Alemania son dos millones”, señala Daniel Pérez, vicepresidente de la Unión Española Fotovoltaica (Unef), la principal asociación del sector. “Estamos muy lejos de una burbuja, porque hay mucho margen de crecimiento. Podríamos llegar al millón de instalaciones de autoconsumo en dos o tres años”, añade.
Hay margen y apetito porque la subida de precios de la energía que comenzó hace un año, aderezada por la guerra en Ucrania y la amenaza de que Rusia cierre el grifo del gas este invierno, han vuelto a poner el autoconsumo en el foco de los consumidores particulares, tengan casas unifamiliares o vivan en comunidades de vecinos. “Es lógico que la gente quiera poner placas ahora, pero esto no es solo un tema coyuntural. Estamos ante un crecimiento estable”, añade el representante de Unef.