La autoproducción eléctrica es un derecho cívico y un instrumento clave a la hora de andar el camino de la transición energética hacia un sistema basado en 100% de energía renovable, que nos permita hacer frente a la realidad del cambio climático, reduciendo nuestra dependencia energética.
El fabricante de inversores alemán SMA
Solar Technology AG (SMA) ha completado la instalación de un sistema
híbrido de energía en la isla caribeña de San Eustaquio. La combinación
de 1,9 MW fotovoltaicos y 1 MW de baterías de almacenamiento permitirá a este sistema generar energía suficiente para ahorrar 800.000 litros de diesel y 2.200 toneladas de CO2 al año.
De acuerdo con SMA, el sistema híbrido
está diseñado para generar suficiente energía solar para cubrir más del
23% de la demanda anual de electricidad de la isla, que es de 13,5 GWh.
El inversor de la batería Sunny Central Storage 1000 de
la compañía permite medir fracción solar de hasta el 88% durante las
horas de sol y es compatible con funciones de estabilidad de la red,
tales como la regulación de frecuencia, control de la velocidad de rampa
para suavizar las fluctuaciones de energía fotovoltaica y la
optimización de la generación de energía diesel.
“El rápido movimiento de las nubes en
esta región produce fluctuaciones extremas de generación de energía
solar que limitan la integración de la energía fotovoltaica a gran
escala en las redes basadas en diesel”, dice Volker Wachenfeld. “Es por
eso que el uso de sistemas de almacenamiento a gran escala es
significativa para esta aplicación ya que minimizan el impacto de las
fluctuaciones de las fuentes de energía con generadores diésel.”
Las energías renovables supondrán el 40% de la capacidad de producción eléctrica mundial en 2030, casi el doble de la cuota de mercado que tienen hoy en día, según la Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena).
La expansión se deberá principalmente a los menores costes de estas tecnologías, dijo Adnan Amin, director general de Irena, en una entrevista concedida a Bloomberg TV
en Dubai. “Anticipamos que el coste de producción de las tecnologías
renovables va a ser inferior y para el año 2030 la capacidad instalada
de las energías limpias cubrirá el 40% de la demanda eléctrica mundial,
lo que supone un crecimiento sustancial si se compara con la cuota
actual del 22%”.
El verdadero desafío para las
energías renovables es ganarle cuota al petróleo en los sectores de
calefacción, refrigeración y transporte de mercancías.
Once de las principales compañías eléctricas del mundo han
declarado que el proyecto de energías renovables iniciado en las islas
Galápagos en 2007 es un ejemplo para los países en desarrollo de cómo
reducir emisiones de CO2.
El proyecto de energías renovables de las islas ecuatorianas de las
Galápagos se inició hace ocho años con el objetivo de reducir las
importaciones de diésel para suplir las necesidades energéticas del
archipiélago tras el accidente del petrolero “Jessica” en 2001.
El barco, que transportaba 570.000 litros de diésel a una de las
principales islas de las Galápagos, San Cristóbal, encalló en un
arrecife de coral derramando el contenido de sus depósitos. Por suerte,
las corrientes y el viento impidieron que el accidente se convirtiese en
un desastre ecológico de gran magnitud en una de las reservas
biológicas de aves, plantas y vida marina más importantes del mundo.
Pero el accidente motivó la respuesta internacional en forma de un
acuerdo entre los sectores público (el Gobierno de Ecuador y el Programa
para el Desarrollo de la ONU) y privado (Global Sustainable Electricity Partnership, GSEP, que engloba a once de las compañías eléctricas más importantes del mundo).
Las once compañías que integran GSEP, que está basada en Montreal
(Canadá), combinan una clientela de 1.200 millones de personas: American
Electric Power (EEUU), Électricité de France (Francia), Eletrobras
(Brasil), ENEL (Italia), EuroSibEnergo (Rusia), Hydro-Québec (Canadá),
Iberdrola (España), Kansai Electric Power Company (Japón), RusHydro
(Rusia), RWE (Alemania) y State Grid Corporation (China).
El acuerdo de GSEP con la ONU y Ecuador permitió la creación de una compañía independiente, Eólica San Cristóbal S.A. (Eolicsa),
que desde el 2007 hasta el 31 de marzo de este año ha estado encargada
de la operación de tres turbinas de una potencia de 800 kV cada una, que
pueden operar con vientos relativamente débiles, para la producción de
energía eléctrica y una granja solar.
En un informe dado a conocer por GSEP se señala que las tres
turbinas han operado el 92% del tiempo disponible desde su instalación,
produciendo más de 26 millones de kilovatios-hora de electricidad. Además, la granja solar, que incluye dos instalaciones de seis kilovatios, ha generado 136.000 kilovatios-hora de electricidad.
En total, el proyecto de energía renovable de las Galápagos ha
proporcionado el 30 de la electricidad consumida por la isla de San
Cristóbal, ahorrando el consumo de 8,7 millones de litros de diésel y
eliminando la emisión a la atmósfera de 21.000 toneladas de dióxido de carbono.
El mercado eléctrico estadounidense cubrirá el
14% de la demanda eléctrica con los sistemas fotovoltaicos hacia 2030 y
el 27% en 2050, además de significar 400 mil millones de dólares de
beneficios ambientales y de salud pública en el país hacia este último
año, según se afirma en un estudio conjunto realizado por el Laboratorio
Nacional de Energías Renovables (NREL, por sus siglas en inglés) y el
Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (Berkeley Lab), ambos
pertenecientes al Departamento de Energía (DOE).
La Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier)
te invita al estreno del cortometraje ‘El Camino del Sol’ el viernes 27
de mayo. Será en los cines Capitol de la Gran Vía de Madrid a las 21
horas.