Once de las principales compañías eléctricas del mundo han
declarado que el proyecto de energías renovables iniciado en las islas
Galápagos en 2007 es un ejemplo para los países en desarrollo de cómo
reducir emisiones de CO2.
El proyecto de energías renovables de las islas ecuatorianas de las
Galápagos se inició hace ocho años con el objetivo de reducir las
importaciones de diésel para suplir las necesidades energéticas del
archipiélago tras el accidente del petrolero “Jessica” en 2001.
El barco, que transportaba 570.000 litros de diésel a una de las
principales islas de las Galápagos, San Cristóbal, encalló en un
arrecife de coral derramando el contenido de sus depósitos. Por suerte,
las corrientes y el viento impidieron que el accidente se convirtiese en
un desastre ecológico de gran magnitud en una de las reservas
biológicas de aves, plantas y vida marina más importantes del mundo.
Pero el accidente motivó la respuesta internacional en forma de un
acuerdo entre los sectores público (el Gobierno de Ecuador y el Programa
para el Desarrollo de la ONU) y privado (Global Sustainable Electricity Partnership, GSEP, que engloba a once de las compañías eléctricas más importantes del mundo).
Las once compañías que integran GSEP, que está basada en Montreal
(Canadá), combinan una clientela de 1.200 millones de personas: American
Electric Power (EEUU), Électricité de France (Francia), Eletrobras
(Brasil), ENEL (Italia), EuroSibEnergo (Rusia), Hydro-Québec (Canadá),
Iberdrola (España), Kansai Electric Power Company (Japón), RusHydro
(Rusia), RWE (Alemania) y State Grid Corporation (China).
El acuerdo de GSEP con la ONU y Ecuador permitió la creación de una compañía independiente, Eólica San Cristóbal S.A. (Eolicsa),
que desde el 2007 hasta el 31 de marzo de este año ha estado encargada
de la operación de tres turbinas de una potencia de 800 kV cada una, que
pueden operar con vientos relativamente débiles, para la producción de
energía eléctrica y una granja solar.
En un informe dado a conocer por GSEP se señala que las tres
turbinas han operado el 92% del tiempo disponible desde su instalación,
produciendo más de 26 millones de kilovatios-hora de electricidad. Además, la granja solar, que incluye dos instalaciones de seis kilovatios, ha generado 136.000 kilovatios-hora de electricidad.
En total, el proyecto de energía renovable de las Galápagos ha
proporcionado el 30 de la electricidad consumida por la isla de San
Cristóbal, ahorrando el consumo de 8,7 millones de litros de diésel y
eliminando la emisión a la atmósfera de 21.000 toneladas de dióxido de carbono.