En el momento actual, parece que ya van quedando pocas dudas acerca de
lo necesario que es para un país como el nuestro un sistema energético
completamente renovable.
Para empezar, por motivos puramente económicos:
España importa prácticamente toda la energía fósil y nuclear que
consume, que suponen el 86% de la energía primaria.
Por otra parte, para evitar un calentamiento global catastrófico los
expertos estiman que es preciso reducir las emisiones globales en más
del 50% en los próximos 35 años.
¿Es imposible garantizar un suministro eléctrico totalmente renovable con la tecnología existente?
Pues bien, la respuesta es un rotundo no. En primer lugar, hay unos cuantos países que ya lo han hecho: Uruguay, Islandia, Costa Rica, Brasil o Noruega tienen un sistema eléctrico total o casi totalmente renovable.
En realidad, el principal problema técnico que se debe resolver para
lograr una penetración renovable muy alta es el de la controlabilidad:
en un sistema eléctrico, las fuentes de generación deben equilibrar de
manera instantánea la demanda de consumo, ya que de lo contrario se
desperdiciaría energía o se producirían apagones. Pero existen fuentes renovables que pueden regularse perfectamente, tales
como la hidroeléctrica (salvo en periodos de grave sequía), la
geotérmica o las centrales térmicas de biomasa.
En una tesis doctoral publicada recientemente,
y de la que resaltamos aquí algunos de los resultados principales, se
describe cómo se podría transitar a un sistema eléctrico 100% renovable
en España;
1) Instalar aproximadamente 35 GW eólicos y 25 GW fotovoltaicos, frente a
los cerca de 20 y 4,5 GW que se han instalado en la última década), que
podría lograrse mediante la repotenciación de los parques eólicos más
antiguos y la generalización de la FV en tejados mediante una legislación razonable en materia de autoconsumo.
2) Instalación de una cantidad moderada de renovable controlable adicional
(unos 8-10 GW), típicamente centrales de biomasa (que podrían ser en
parte ciclos combinados reconvertidos), geotérmicas o solares
termoeléctricas con sales fundidas.
3) Incremento de los sistemas de almacenamiento de unos 5 GW (de los que ya están en construcción o en proyecto al menos 3.3 GW).
Si se mantuviera durante algún tiempo una pequeña cantidad de generación
basada en ciclo combinado (un 10%, por ejemplo) dedicada exclusivamente
a equilibrar el sistema, se reducirían en gran medida las
infraestructuras de nueva construcción y se ganaría tiempo para
implantar las medidas más complicadas. Sería necesario, eso sí, llevar a cabo un programa de transición de
cierta envergadura que tardaría dos o tres décadas en completarse.
El verdadero problema que bloquea el camino es político, y no técnico: las fuerzas de mercado, por sí solas, nunca implantarán un modelo 100% renovable, o al menos no antes de que sea tarde, demasiado tarde. (Ver más ->)
El verdadero problema que bloquea el camino es político, y no técnico: las fuerzas de mercado, por sí solas, nunca implantarán un modelo 100% renovable, o al menos no antes de que sea tarde, demasiado tarde. (Ver más ->)