14,7 vehículos eléctricos por cada 1.000 residentes. No hay otro país que se
acerque siquiera a estos registros. EE UU va a continuación, y se queda
con una tasa del 0,97.
“La razón principal de las elevadas ventas de vehículos eléctricos en
Noruega está en los incentivos fiscales del Gobierno, que permiten que
los coches eléctricos tengan precios más competitivos que los de
gasolina y gasóleo”. Y pone un ejemplo: “Si un VW Golf está disponible
desde 300.000 coronas noruegas [unos 31.500 euros] un e-Golf [eléctrico]
sale por 250.000 [unos 26.500]”.
Noruega es el tercer estado con mayor renta per capita del globo (según el FMI, Fondo Monetario Internacional), al tiempo que aprovecha su abundante infraestructura de generación hidráulica (presas, saltos de agua…) para producir cantidades ingentes de electricidad y además de forma limpia, porque el 98% se obtiene sin emisiones asociadas.
El estado nórdico es uno de los mayores exportadores mundiales de
petróleo. Pero, en vez de haber aprovechado este recurso, como han hecho
y hacen la mayoría de países que tienen este potencial energético, ha
apostado por ir transformando su movilidad hacia la electricidad, en
detrimento de los carburantes. Y los resultados parecen evidentes. Un
mundo eléctrico ideal.