Naoto Kan era el primer ministro de Japón el 11 de marzo de 2011, cuando ocurrió el accidente de Fukushima. Kan era partidario de la energía nuclear, pero cambió su opinión tras el accidente.
El ex primer ministro japones tiene claras dos cosas: que la energía nuclear no debe continuar, y que el camino son las energías renovables.
Así lo pensó tras la catástrofe, cuando prometió dimitir, y así lo hizo
el 26 de agosto de 2011, no sin antes conseguir que se aprobara un Proyecto de Ley para fomentar las energías renovables.
Las personas encargadas en la toma de decisiones no eran
expertas, sólo hombres de negocios que, como en España, intentan
transmitir la idea de que la energía nuclear es segura. Sin embargo, ocurrió Fukushima. No sigamos arriesgándonos a que en España también ocurra.