Diferentes asociaciones de municipios alemanes, entre ellos el propio alcalde de la ciudad de Mainz, han lanzado un serio aviso a los fabricantes nacionales para que den un paso el frente en la producción de vehículos eléctricos. Unas declaraciones que llegan después de que varios concursos para la renovación de flotas de autobuses y taxis hayan quedado desiertas.
Como ejemplo ponen la reciente licitación conjunta de las ciudades de Mainz , Wiesbaden y Frankfurt para la compra de autobuses de hidrógeno. Un proyecto destinado a la sustitución de los modelos diésel, pero que finalmente no se ha podido realizar ya que ningún fabricante alemán aseguraba la entrega antes de finales del 2019.
Para los representantes políticos la prioridad es reducir las cifras de emisiones contaminantes en sus ciudades, y lanzan una advertencia a los fabricantes locales: “Si no hay alternativas convincentes de los fabricantes nacionales, la capital del estado de Renania-Palatinado no tendrá más remedio que equipar sus flotas con vehículos de bajas emisiones de los fabricantes extranjeros. Si al final sirve al final para cumplir con los límites, el origen de los vehículos no nos importa.”