Tras el cambio de gobierno el año pasado, se produjo un cambio en la postura institucional acerca de la política energética. Gracias al nuevo marco, el autoconsumo energético ya lo tiene mucho más fácil en España y hace crecer la apuesta por la energía fotovoltaica.
Este crecimiento del sector fotovoltaico ha generado un impacto positivo también en la economía y a nivel social. Según los datos del Informe Anual de la UNEF*, la contribución directa de este sector al PIB nacional fue del 0,22%, un 19% con respecto a 2017, situándose en más de 5.000 millones de euros. Asimismo, el número total de empleos generados por el sector fotovoltaico aumentó en un 19% con respecto al año anterior (superando los 29.000). Dentro del sector, la profesión de ingenierías e instaladores profesionales titulados de fotovoltaica representa un 30%. *
No obstante, aunque la industria solar está creciendo a un ritmo muy alto, sigue siendo una industria joven, y esto hace que sea más complicado identificar a profesionales realmente cualificados. Desde SotySolar, compañía especializada en energía procedente del sol y en autoconsumo eléctrico, apuntan a que actualmente en España la demanda de profesionales cualificados excede con creces a la oferta disponible.
España no es un caso aislado y es que, según las últimas proyecciones de empleo del estudio Employment Projections**, sólo en EEUU se estima que la demanda de instaladores fotovoltaicos aumentará un 63% en los próximos 10 años y tendrán demanda de empleo hasta 2028.