La rehabilitación de viviendas y edificios públicos y el impulso a las energías renovables protagonizarán la fase más urgente del plan de recuperación económica que la Comisión Europea tiene previsto aprobar este mes, según el documento de preparación al que ha tenido acceso EL PAÍS. Bruselas espera financiar el plan con un fondo de hasta 1,6 billones de euros y quiere que el relanzamiento después de la pandemia de la Covid-19 se haga con criterios que canalicen las ayudas y los préstamos hacia los proyectos con más visión de futuro desde el punto de vista medioambiental y digital.
“El riesgo es que la crisis de liquidez [provocada por la pandemia] mute en una depresión económica”, señala el documento que recoge los grandes ejes del futuro plan de recuperación. El texto incluye ya “la lista de áreas prioritarias donde se puede actuar con el mayor potencial”. Y anticipa buena parte del contenido de un plan que la Comisión Europea, presidida por Ursula von der Leyen, tiene previsto aprobar el 13 o el 19 de este mes, y no el 6 de mayo como inicialmente se había indicado.
La propuesta de Von der Leyen apunta a una fusión de los planes previos a la pandemia, como el Pacto Verde y la Agenda Digital, con un programa de recuperación cuyo principal objetivo, según el organismo comunitario, debe ser concentrar la inversión en sectores y actividades con un futuro sostenible.
“A corto plazo, muchas inversiones verdes y muchos proyectos digitales ya están tecnológicamente maduros pero necesitan el impulso para comenzar”, señala el documento. Bruselas aboga por espolear esos proyectos durante la primera fase del plan de recuperación, que abarcaría de 12 a 24 meses. Y entre las actividades favorecidas se señala desde la construcción a la digitalización de servicios e industrias o el desguace de vehículos.
La segunda fase abarcaría un medio plazo cifrado entre dos y cinco años en la que la inversión se dirigiría, por ejemplo, a renovar la producción siderúrgica, a la producción de hidrógeno limpio o al desarrollo de la inteligencia artificial.
“Los edificios son los mayores consumidores de energía en la UE y son responsables del 36% de las emisiones de gases con efecto invernadero”, recuerda el texto al que ha tenido acceso este diario. El documento subraya que el 75% del parque inmobiliario se construyó antes de que estuvieran en vigor las primeras directivas sobre eficiencia energética. Y que el 80% de esos edificios seguirán en pie en 2050, cuando la UE se propone alcanzar la neutralidad en emisiones. “La necesidad de una rehabilitación generalizada está clara”, concluye el texto de la Comisión. Bruselas calcula que la oleada de rehabilitaciones deberá impulsarse con fondos públicos por valor de 50.000 millones de euros al año.
Las energías renovables aparecen como segunda gran prioridad en el esbozo del Plan de recuperación, con una movilización requerida de 75.000 millones de euros anuales por encima de la inversión prevista hasta ahora. Bruselas calcula que la aportación del Plan podría ascender a 10.000 millones de euros anuales con un potencial de apalancamiento entre medio y alto. Pero advierte que en este sector la intervención europea consistirá “principalmente en préstamos, con un limitado elemento de subsidios en función de la madurez de la tecnología”.
La revolución para un transporte limpio, como lo define el documento de la Comisión, también requería una inversión espoleta de 40.000 millones de euros al año.